A Illa dice adiós a Juan Luis Otero Núñez. Una persona que fue parte activa en el proceso de segregación del que siempre fue su concello. Su implicación en materia social, cultural y política fue algo que caracterizó su vida hasta que una enfermedad se cruzó en su camino a los 65 años.
Su carácter participativo quedó ya de manifiesto en una juventud en la que no escatimó esfuerzos por activar y guiar el ansia de conocimiento. Creador de un club social llamado Ojea, él era uno de los líderes que promovía el debate, el descubrimiento musical y también cualquier tipo de manifestación cultural. Incluso la lectura de obras de lo más vanguardistas en aquella década de los años 70. Todo ello en una población a la que su condición de insularidad también iba en contra de la llegada de muchas influencias de la época.
Aquel espíritu reivindicativo se fue fraguando con más causas que fueron surgiendo. Juan Luis Otero también fue uno de los socios creadores de la Asociación Dorna. Un colectivo que también debe su nombre a la propuesta que él abanderó.
Miembro de una generación de isleños de altísima implicación social, dicen de él los que le conocieron bien que Juan Luis Otero era un hombre de unas firmes convicciones. Capaz de hacer de sus razonamientos un dogma de fe y defenderlos hasta las últimas consecuencias, fue todo un ariete en la consecución de la segregación. Incluso a él se le atribuye la frase “A ponte, unha chave para 6.000 isleños” para otra de las cuestiones en las que también se implicó al 100%.
Miembro del equipo de gobierno que tuvo a Sito Vázquez al frente, también fue pionero en materia de compostaje y en la colocación de lámparas de sodio en consonancia con su alto espíritu ecologista. Trabajador en la Cofradía de A Illa, pasó sus últimos años apartado de todo activismo social. Hoy A Illa dice adiós a uno de los vecinos que más defendió sus intereses.