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El vicepresidente Rodrigo Lojo, sanitario titulado, es el que efectúa los controles. | // NOÉ PARGA

El obligado laboratorio del Arosa

Julio Rey, sometiéndose a la muestra. | // N. PARGA

La prueba se realiza cada viernes. | // N. PARGA

El fútbol tampoco es ajeno a las circunstancias sanitarias actuales. Todos aquellos clubes, entre ellos el Arosa, que participan tienen que cumplir con una serie de protocolos para garantizar que ninguno de los componentes del equipo tiene COVID o ha estado en contacto con un positivo en las horas previas a cada partido.

Con un máximo de 72 horas previas al inicio de cada jornada deben efectuarse los test de antígenos. Unas pruebas que deben ser realizadas por un sanitario titulado que, en el caso del Arosa, esa labor la ejerce el vicepresidente Rodrigo Lojo. Es él quien toma las pruebas que a principio de cada mes le sirve en su mayoría la Federación Gallega. Una minoría las aporta el propio club, tanto para la primera plantilla como para el juvenil de Liga Nacional.

El viernes es el día habitualmente elegido para descartar la entrada del virus en el vestuario. Todas las personas, incluido el cuerpo técnico, pasan por las oficinas de A Lomba para que les sea extraída una muestra de su nariz con un bastoncillo que, posteriormente, se pone en contacto durante un minuto con un líquido reactivo. A continuación, se vierten cinco gotas en un test que determina si existe o no carga viral.

“Todo el proceso puede llevar un cuarto de hora con cada jugador hasta saber si es positivo o no. Al terminar tienen que responder a un test que es una declaración responsable para saber si han podido estar con algún positivo. En el caso de detectarse algún positivo se comunica a la Federación y al Sergas para tomar una determinación respecto a poder jugar o no”, apunta Rodrigo Lojo.

Curiosamente, el equipo vilagarciano tampoco podrá jugar este fin de semana tras la suspensión del choque ante el UD Ourense en A Lomba. Dos positivos en el cuadro ourensanista obligaron a cancelar la fecha al igual que sucedió la pasada semana ante el Arenteiro.

También en el seno del Arosa se registró un positivo durante las navidades. Fue Julio Rey, pero al ser detectado en la semana de vacaciones del equipo, no fue necesario el confinamiento de sus compañeros de plantilla. De ahí que el mantener el desarrollo normal de una competición se haya convertido este curso en toda una aventura.

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