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Los alumnos vuelven a las aulas nevera

Institutos y colegios refuerzan la calefacción para paliar el efecto de la ola de frío en unas clases que deben ventilarse continuamente; cazadoras, gorros y guantes también ayudan

La mayoría de estudiantes está abrigados en clase al tener que convivir con las ventanas abiertas. | //N. PARGA

Un alumno del Castro Alobre con guantes y cazadora. | // NOÉ PARGA

Los protocolos COVID obligan a los centros educativos a ventilar las aulas como mínimo al inicio y al término de cada clase, lo que conlleva que el frío entre por las ventanas. Hasta ahora alumnos y profesores lo iban sobrellevando más o menos bien, pero las gélidas temperaturas con las que retomaron ayer la actividad lectiva tras las vacaciones navideñas han motivado un incremento de las horas de calefacción. “Aunque energéticamente no es lo deseable por el consumo excesivo, es la única solución para no congelarnos”, comentan desde el IES Castro Alobre.

En el colegio A Lomba encendieron la calefacción ya el 6 de enero, dos días antes de la vuelta a las aulas, para que los niños se encontraran el edificio con una temperatura agradable. “Seguimos con el mismo protocolo; se abren las ventanas en los cambios de clase, aunque depende de cada profesor porque algunos las tienen abiertas todo el rato”, señalan desde el CEIP A Lomba.

Los centros consultados coinciden en que las puertas siempre están abiertas. Con respecto a las ventanas, se abren al empezar y al terminar las clases entre 5 y 15 minutos y durante todo el recreo. No obstante, al igual que en los colegios, en los institutos también hay docentes que prefieren mantener las ventanas abiertas durante toda la clase. “En algún grupo coinciden dos o tres profesores de riesgo y las tienen abiertas todo el día”, indica la directora del Castro Alobre, Mariola Rodríguez.

En este centro, uno de los más numerosos de la comarca, la calefacción se enciende media hora antes del inicio de las clases y se apaga cuando se marchan los alumnos. Por la tarde vuelve a activarse para los estudiantes del turno vespertino.

Además del refuerzo de la calefacción, algunos alumnos acuden a clase con gorro, guantes y hasta un fular o una pequeña manta para cubrirse las piernas. Aunque se permite llevar cazadora en todos los institutos, los equipos directivos recomiendan a los estudiantes que vayan abrigados con ropa y no con complementos como las mantas, como es el caso del instituto de Carril. Ayer encendieron la calefacción a las seis y media de la mañana. “Ahora la ponemos más tiempo”, admiten.

Lo mismo ocurre en el IES de A Illa de Arousa, aunque ayer estaba prácticamente vacío porque los estudiantes isleños no suelen ir a clase el día después de la festividad del Patrón. “Antes cortábamos la calefacción en el recreo, pero ahora la tenemos activada toda la jornada lectiva porque hace frío y debemos seguir ventilando”, explican desde el centro.

En el Cotarelo Valledor, en Vilaxoán, también tienen encendida la calefacción. “Se ventila antes del inicio de la actividad lectiva, en cada sesión entre 5 y 10 minutos y durante los dos recreos enteros”, apunta el director.

En el Castro Alobre, unas aulas determinadas que crean cierta condensación, en las que “da la sensación de que el ambiente está más cargado” -comenta la directora-, las ventanas están abiertas continuamente. Otras aulas, sin embargo, no se podían ventilar porque tenían una cristalera fija, una deficiencia ya solventada al comenzar por estas dependencias la renovación de ventanas de todo el centro. En Navidades se sustituyeron las de todo un ala y ahora por las tardes se irán cambiando el resto.

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