El buque oceanográfico Miguel Oliver, con 23 tripulantes a bordo, llegó en la mañana de ayer a Vilagarcía donde el total de sus ocupantes han quedado confinados en el puerto de Ferrazo a razón del protocolo covid tras conocerse que la tripulación estuvo en contacto en los últimos días con una persona que dio positivo en coronavirus.

El que es uno de los tres buques de investigación pesquera y oceanográfica de la Secretaría General de Pesca regresaba a Galicia tras culminar unos trabajos en la Bahía de Cádiz con un equipo de biólogos que tuvieron contacto con la tripulación durante las casi dos semanas de investigación. Uno de los investigadores presentó durante esos días síntomas compatibles con el coronavirus, confirmándose posteriormente mediante un test que sí era un positivo con carga viral.

Al resultado del test, el Miguel Oliver ya se encontraba rumbo hacia Vilagarcía donde haría escala técnica para luego atracar en Marín, donde los 23 tripulantes concluirían la campaña iniciando un periodo de vacaciones. Una maniobra que es habitual en los últimos años al contar con un amplio porcentaje de gallegos en su equipo de trabajo.

Sin embargo, toda la tripulación deberá permanecer confinada en el propio barco hasta que sean sometidos a las pertinentes pruebas por un equipo desplazado por la Consellería de Sanidade para autorizar el abandono del barco e iniciar, junto a sus familias, las vacaciones.

Fue precisamente uno de los tripulantes el que activó el protocolo durante la travesía hacia Vilagarcía por lo que fue la Consellería de Sanidade la que dio orden de que ninguno de sus ocupantes tocase suelo vilagarciano desde su llegada alrededor de las 8 horas de la mañana de ayer.

Fuentes consultadas confirman que ninguno de los tripulantes presentaba algún tipo de síntoma compatible con el coronavirus, pero el protocolo obliga a confinar a toda la tripulación igualmente para someterse a las pruebas y reducir la posibilidad de contagio a la mínima expresión.

Aún con todo ello, una patrulla de la Guardia Civil custodia el barco para velar por que no se produzca la mínima posibilidad de contagio. Desde la Consellería de Sanidade apuntaron que hoy mismo se conocerán los resultados de las pruebas efectuadas, pero también recuerdan la obligatoriedad a toda la tripulación de pasar una cuarentena de catorce días que ya pueden cumplir en sus domicilios en el caso de que los resultados sean negativos.

Desde la Autoridad Portuaria también se actuó para evitar cualquier tipo de acercamiento al barco Miguel Oliver, un barco que además se iba a someter a trabajos de reparación y mantenimiento en el puerto de Marín hasta el próximo mes de febrero.

Tuvo paso previo por el puerto de A Coruña

El buque oceanográfico Miguel Oliver tuvo parada previa a Vilagarcía en el puerto de A Coruña a donde llegó después de su estancia en Cádiz. El que pasa por ser el más moderno laboratorio flotante de la Secretaría General de Pesca, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, realizó un estudio por aguas del norte de Galicia para conocer la situación de los recursos marinos y pesqueros de la zona. A causa del temporal se refugiaron durante algunos días en A Coruña en octubre a donde llegaron desde Cádiz al término de la campaña EcoCádiz 2020 para la evaluación, por métodos acústicos, de los recursos pelágicos de la zona, principalmente boquerón y sardina. Asimismo, realizó trabajos de cartografiado y recogida de información sobre las condiciones oceanográficas y biológicas de los fondos que constituyen la Plataforma Continental del Golfo de Cádiz, indicaron desde la Secretaría General de Pesca. Desde su botadura y presentación oficial, este buque insignia del Ministerio y puntero a nivel mundial, ha venido realizando hasta la actualidad numerosas campañas de investigación de cartografiado de los fondos marinos y de obtención de datos pesqueros y oceanográficos. Se trata de un buque multidisciplinar de 70 metros de eslora y 12 de manga dotado con un equipamiento tecnológico puntero para la navegación y para la investigación pesquera y oceanográfica. Alberga tres radares, tres ecosondas y seis laboratorios, además de un sofisticado sistema de posicionamiento y de navegación. Además, es el primer barco español que cumple la normativa ICES 209 sobre emisión de ruidos y vibraciones al agua en barcos de investigación, siendo calificado como buque ecológico y silencioso por la sociedad de clasificación Bureau Veritas, que fue la que supervisó su construcción en 2007.