Las críticas realizadas por el BNG de Catoira tras la tala de dos árboles en el atrio de la iglesia parroquial de Dimo reciben una respuesta contundente por parte del gobierno socialista de la localidad. Este no solo justifica la medida, sino que aporta el informe técnico que avala la decisión, adoptada a raíz de una petición formulada hace ya tres años por el cura.

Tal es el enfado que muestra el ejecutivo que llega a decir que el BNG parece buscar con sus denuncias "que la iglesia de Dimo se derrumbe, para que los feligreses de la parroquia no puedan acudir a los actos religiosos".

Fue Carlos Lago González, como "sacerdote y administrador parroquial de San Pedro de Dimo", quien en febrero 2017 presentó al alcalde la solicitud de tala, alegando que eran "dos plataneros con unos troncos gruesos y unas raíces que están socavando el terreno y haciendo que caigan las balaustradas del atrio".

Lo peor, pronosticaba el párroco entonces, es que "las raíces levantarán el enlosado de la fachada y llegarán a la puerta principal", temiendo el desplome del dintel "si antes no se les pone freno cortándolos".

Fue por ello que se efectuó la tala, teniendo presente, también, que el arquitecto municipal "elaboró un informe en el que proponía talar los árboles para evitar un perjuicio mayor", ya que solo cortándolos se protegería al conjunto parroquial de la iglesia de Dimo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Ese informe confirmaba que había tres árboles, uno de ellos ya seco, muy próximos a la balaustrada delantera del templo. Y reseñaba que "sus raíces están afectando ya a esa balaustrada y a la escaleras de acceso a la plaza, por lo que, con toda seguridad, transmitirán los daños al pavimento" del atrio.

El mismo informe apostaba por la tala "para evitar un perjuicio mayor en el BIC", como ahora reseña también el gobierno de Alberto García.

Dicho lo cual, aduce que "el Concello tiene la obligación legal de velar por la preservación de su patrimonio cultural, en el que se incluye el BIC de la iglesia de San Pedro de Dimo, y lo seguirá haciendo por mucho que pese al BNG".

Un grupo municipal, dicho sea de paso, que tuvo en sus manos el gobierno de Catoira durante el primer año de mandato. Período en el cual "no se preocupó por resolver este ni cualquier otro asunto, por lo que resulta más que evidente que se siente más cómodo en la oposición, donde esperamos que siga por muchos años", sentencia Alberto García García.