Parquistas y mariscadores de la Cofradía de Carril vuelven a enfrentarse a otro obstáculo en su trabajo habitual. En esta ocasión es un vertido sobre las aguas del río Ulla, que desemboca en la zona de los parques y autorizaciones marisqueras, lo que pone en peligro toda la producción. Las aguas del río llegaron ayer a la desembocadura teñidas con un manto de color marrón que puso en guardia al pósito carrilexo.
El patrón mayor de la cofradía y presidente de la agrupación de parquistas, José Luis Villanueva, puso en conocimiento de la situación a la Consellería do Mar, instando la práctica de análisis para determinar el alcance de la posible contaminación.
La preocupación es máxima en el sector que se está jugando la producción marisquera de los próximos meses. Parquistas y mariscadores procedieron recientemente al cultivo de semilla de bivalvos y la cría aún está en fase de asentamiento y crecimiento, por lo que un vertido podría ser fatal para su supervivencia.
A esto se le suma que en la actualidad hay mareas muertas, lo que significa que el mar no llega con suficiente potencia a las zonas marisqueras para arrastrar y llevarse hacia el exterior de la ría las aguas sucias. Estas quedan depositadas por más tiempo en la zona de la desembocadura, con el consiguiente perjuicio para el cultivo de moluscos.
"La situación nos preocupa mucho; es un nuevo golpe para parquistas y mariscadores. Primero fueron los rañeiros de Arousa que se pusieron a trabajar en un momento en que debía estar en veda por el desove de los bilvalvos. El martes cerraron las labores extractivas y cuando parecía que íbamos a estar tranquilos aparece este vertido que puede ser muy perjudicial para los parques y bancos marisqueros. Hemos puesto la situación en conocimiento de la Consellería do Mar", declaró el patrón mayor de la cofradía de pescadores.
Las mariscadoras recorrían ayer las zonas de sus bancos marisqueros, comprobando el color amarronado del río Ulla y mostrando su preocupación por el estado de las crías de almeja que acaban de sembrar para contar con una buena producción.
Las aguas fluviales llegaron ayer a Bamio y Carril con un manto marrón, pero ya podían divisarse en esas condiciones el día anterior a su paso por Dodro. De momento se desconoce, de forma oficial, la causa del vertido, aunque todo apunta a que está relacionado con la apertura de las compuertas del embalse de Portodemouros. La corriente creada habría arrastrado posibles corrimientos de tierra o desprendimientos procedentes de cultivos en terrenos próximos al río a causa de las torrenciales lluvias que se produjeron en el entorno de Santiago hace unos días.
