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El sector insiste en dividir la zona 9.a para poder pescar más anchoa

Al contrario de lo que sucede con la mayoría de las especies marinas comerciales, con la sardina, el jurel, la caballa o el bocarte -con el que luego se elabora la anchoa- se decide el tope máximo que se puede pescar después de realizar unos muestreos. Estos indican un "stock" posible de cada recurso y se hace una recomendación de extracción.

Durante esta campaña "Iberas 0919" se estudiará también la biomasa de bocarte en las aguas occidentales gallegas. Como en el caso de la sardina, la percepción de los pescadores es que el "bocareu" abunda mucho, pero en este caso los resultados de la investigación del Centro Oceanográfico de Vigo tendrá menos repercusiones prácticas para ellos, aunque les den la razón. Esto se debe a que los gallegos solo pueden capturar el 1,14 por ciento del bocarte de la zona 9.a (de Cádiz a Fisterra), un porcentaje tan exiguo que el incremento de la cuota no se notaría demasiado en la asignación final a los cerqueros. Por eso, Andrés García, de Acerga, insiste en la conveniencia de subdividir en dos la extensa zona de pesca 9.a.

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