La Unidad de Desarrollo Infantil y Apoyo Familiar (Udiaf) que funciona en el centro social de O Ramal (Vilagarcía) atendió el año pasado a 154 niños con problemas sensoriales, de habla, cognitivos, motrices y con síndromes como Rett, Down o Autismo, entre otros. Una representación de las familias acudió ayer al último pleno del mandato para solicitar la mediación de la corporación en su lucha porque la Xunta mejore unas instalaciones "insuficientes e inadecuadas". Consecuencia de ello es que en 2018 casi medio centenar de menores que solicitaron el servicio se quedaron sin él y que la espera media para ser atendido se sitúa en cinco meses. "La unidad solo puede dar servicio a un 2,1% de la población que abarca", advierte Vanesa Padín García.

Todos los grupos políticos firmaron la moción y consecuentemente la aprobaron por unanimidad, por lo que se comprometen a solicitar al Gobierno autonómico recursos económicos para aumentar el número de terapeutas y para conseguir unas dependencias con al menos cuatro salas y dos despachos. Actualmente solo existen una sala de psicomotricidad y dos pequeños despachos, uno de ellos dedicado al servicio de logopedia.

Además, el pleno de la corporación también reclama a la Administración autonómica una unidad de atención temprana en el Hospital do Salnés, para que así "no existan diferencias con respecto a unidades de otras provincias".

Las familias deben desplazarse actualmente a Pontevedra, con los trastornos que ello conlleva tanto para los niños como para sus padres.

La portavoz del gobierno vilagarciano, Tania García, recordó que el edificio donde funciona la Udiaf es de titularidad municipal pero que el Concello cedió en su día su uso a la Xunta. Aunque la responsabilidad de mejorar el servicio sería del Ejecutivo gallego, el Ayuntamiento se comprometió a "buscar la ubicación más adecuada" para una unidad que atiende a los nueve municipios de O Salnés. Por ello el pleno de Vilagarcía dará traslado del acuerdo a las localidades vecinas, para de forma conjunta hacer más fuerza ante la Xunta.

Permiso al Princesa Letizia

La corporación también aprobó por unanimidad autorizar el uso de una parcela de O Castriño por parte de los usuarios del centro de parálisis cerebral Princesa Letizia para que disfruten del aire libre. Y es que Amencer-Aspace proyecta ampliar las instalaciones, y perderán el patio actual. Los grupos políticos aplaudieron la idea de que O Castriño sea un espacio compartido en aras de una inclusión real.