"Terito" fue uno de los reyes del Winston de batea, y también uno de los hombres fuertes de Alianza Popular, primero, y del Partido Popular, después. Pero no fue el único arousano relacionado con el "choio do fume" que buscó el calor de Alianza Popular.

En una época en la que tabaqueros y narcotraficantes querían vestir la vitola de ejemplares empresarios, los escarceos con la política les permitían estar cerca de los círculos de poder. Eso podía traducirse en ventajas empresariales o en una forma de ascenso social.

Otro caso paradigmático fue el de José Ramón "Nené" Barral, alcalde de Ribadumia hasta que dimitió en 2001 tras ser detenido en una operación contra la supuesta venta de tabaco al margen de Hacienda. Cuando anunció su marcha del Ayuntamiento, docenas de vecinos acudieron a despedirle emocionados, y muchos rompieron a llorar.

Cuando dos años más tarde se presentó a las elecciones municipales al frente de una lista independiente, "Nené" Barral ganó la batalla electoral a la entonces todopoderosa maquinaria del PP, aunque más tarde los conservadores le arrebatasen el triunfo en los despachos. Prueba irrefutable de que en O Salnés jamás existió una condena social a los contrabandistas. Casi 18 años después de aquello, su asunto sigue atascado en los juzgados.

Mucho más incómodas para el PP son las menciones a Pablo Vioque, Luis Jueguen Vilas y José Manuel Vilas Martínez, todos ellos rostros visibles de la derecha de Vilagarcía en los años 80. Ya en épocas recientes, la revelación de unas fotografías de los años 90 del hoy presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo con Marcial Dorado ha supuesto un sobresalto para el político. Pero según algunos, esas fotos le salieron aún más caras a Dorado.