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Tres décadas de orgullo "inglés"

Os Ingleses Rugby Club vivirá mañana el tercer tiempo más especial de su historia

La gran familia "inglesa" sigue creciendo a base de nuevas generaciones. // I. Abella

Aquel que no olvida sus orígenes difícilmente dejará de crecer. Esta afirmación no es ninguna ley irrefutable, pero sí una máxima que suelen seguir aquellos que terminan por convertirse en ejemplo de muchas cosas. Es el caso del Os Ingleses Rugby Club, quienes mañana sábado festejarán por todo lo alto que ya son treinta los años que han pasado desde el principio de su existencia.

Como suele suceder siempre se necesita que alguien prenda una pequeña chispa que encienda la pasión. Los encargados aquel verano de 1988 de convertirse en pirómanos de la fiebre por el rugby en Vilagarcía fueron Pablo García Jiménez "Oso" y Vicente López con la bendición de tres evangelistas neozelandeses que guiaron aquellos primeros escarceos.

Tampoco lo dudaron a la hora de dar nombre al emergente club, querían ir más allá del deporte y simbolizaron su orgullo vilagarciano no solo en la nomenclatura de la entidad, sino también en una honda identidad traducida en participación directa en todos los eventos sociales que se desarrollan, ya sean cabalgatas o procesiones de San Roque.

El campo de fútbol y las pistas de atletismo del actual IES Castro Alobre se convirtieron en su primer hogar y también la arena de la playa. La preparación física que allí llevaban a cabo llamaba la atención. Ni siquiera la dureza de la superficie les amilanaba a la hora de placar y seguir placando. Detrás de aquella valentía se escondían unos valores que quedaron, quedan y quedarán grabados a fuego en todos los que visten alguna vez la camiseta azul y negra. Ni siquiera los clichés propios nacidos de la ignorancia de otros les desvió de su camino y de la férrea pasión que lo guiaba.

Incluso fue un club ni al que el exilio a Pontearnelas en sus primeros años por falta de campos para jugar en Vilagarcía le movió de sus firmes ideales. Una perseverancia en el esfuerzo que les llevó a alcanzar títulos autonómicos y participar en ligas nacionales, pero siempre sin perder el espíritu de gran familia que forma parte de su idiosincrasia.

Treinta años después el espíritu inglés sigue muy latente. Para celebrarlo mañana sábado se vivirá uno de los terceros tiempos más especiales de la historia de la entidad. Siete presidentes e infinidad de jugadores después de aquellas primeras melés, tocará disfrutar de una cena en la que las anécdotas, los recuerdos, los triunfos, pero sobre todo los sentimientos, la convertirán en una de las veladas más especiales de un club con personalidad propia.

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