Torrado estuvo escoltado en su análisis por el alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, que no dudó en definir las relaciones con la Xunta como "una lucha constante contra un muro de granito, donde se aplica el rodillo aunque se trate de demandas urgentes y necesarias". El regidor puso de ejemplo a su propio municipio de lo que calificó como "un castigo al que se nos somete en todos los frentes que tenemos abiertos, y me temo que, este año, con la proximidad de las elecciones, va a ser mucho más duro aún".

Varela no dudó en reconocer que varios de los proyectos que se quieren impulsar desde el Concello, como es el caso de la Vía Verde, "se encuentran paralizados por la Xunta en estos momentos ya que, pese a las llamadas o a las solicitudes de entrevistas, no se nos responde desde las consellerías o se nos dan largas". Insistió en que "se trata de un ninguneo que demuestra que no se piensa en clave ciudadana, sino en electoral".

El regidor alabó la labor de Torrado, "me gustaría que todos los representantes de Vilagarcía defendiesen de la misma forma a este Concello y no se olvidasen de su municipio cuando se van", en alusión al diputado popular en el Congreso, Tomás Fole. Tampoco se olvidó de enviar un dardo envenenado al PP local al "echar de menos su implicación en temas muy importantes para Vilagarcía".