Con los acordes de las marchas procesionales de "La Pilarica" y "Santos Lugares" a cargo de los 25 integrantes de la Banda de Música A Vertula regresó la procesión de la Virgen de los Desamparados a su capilla de la iglesia románica de San Salvador de Meis a eso de las dos de la tarde.

En ese momento se puso término a las celebraciones religiosas que completan un novenario y misas a cada hora en un día de gran solemnidad, en el que los vecinos de esta parroquia tributan su homenaje a la santa a la que recurren en sus momentos más íntimos.

"Es la Virgen de los Desamparados, poco más hay que decir sobre los favores que presta", explica con razonamiento lógico una de las fieles que a mediodía acudió a los actos religiosos.

Los vecinos veneran una imagen enormemente estilizada de una Virgen, de bellas facciones, con el Niño en brazos y rodeada de nueve ángeles policromados, de pie sobre un trabajado trono de noble madera.

"Es una figura compleja que se desmonta en cinco piezas para poder vestirla", explica una de las integrantes de la comisión de fiestas, a la vez que muestra el lujoso manto de terciopelo, bordado con hilo de oro y piedras preciosas que hace veinte años le regalaron las Mulleres Ruráis de Meis tras confeccionarlo a mano.

De color azul cielo, la espectacular talla brillaba en la plaza cuando los vecinos la recibieron al grito de "Viva la Virgen de los Desamparados" al tiempo que una lluvia de pétalos demostraba el cariño de los más pequeños de la parroquia a la santa de su pueblo.

"Es la única Virgen de los Desamparados de muchos kilómetros a la redonda", explica Dolores Dios quien ayer se dirigió a los fieles congregados en el atrio de la iglesia para glosar una plegaria común.

La devoción se extiende por toda la comarca "de donde vienen cada segundo sábado de mayo numerosos devotos", explica Manuel, el sacristán, quien presume de una santa que en su día "tuvo casi tanto seguimiento como la Virgen de As Cabezas", que se venera en Armenteira.

No es de extrañar la riqueza que la Virgen atesora, con joyas que le han regalado los fieles durante ,muchos años, desde collares de oro, relojes, pulseras y medallas de enorme valor, además de fajos de billetes que este año cargaron sobre su fajín de seda.