El Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), con base en O Grove, presenta los resultados de un nuevo trabajo científico. Esta vez concluye que "el tráfico marítimo se confirma como una amenaza real para que la marsopa común (Phocoena phocoena) pueda regresar a su hábitat natural en aguas de la Península Ibérica".

Bruno Díaz, director del centro, resalta que "si el año pasado nuestro instituto de investigación confirmaba la presencia en aguas gallegas de las grandes ballenas azules, hoy hacemos hincapié en la vulnerabilidad de uno de los cetáceos más pequeños del planeta, como es la marsopa común, una especie que se encuentra en clara regresión en aguas de la Península Ibérica".

Es más, "la delicada situación actual de esta especie, recientemente considerada una subespecie aislada genéticamente de las poblaciones del norte de Europa, es un claro ejemplo de la regresión que sufren las poblaciones de cetáceos en nuestros mares que podría compararse perfectamente con la situación que vive otra marsopa, la vaquita, en México, y que se encuentra a punto de extinguirse".Interacción con los delfines

En el trabajo científico publicado por BDRI en la revista especializada "Marine Biology" se detalla "por qué la marsopa común es cada día menos común en nuestras costas".

Parece que los resultados del estudio muestran como, al contrario a lo que se pensaba hasta el momento, "la marsopa común no es una especie predominantemente costera, si no que muestra preferencia por aguas profundas, de más de cien metros de profundidad; hasta el punto de que existen tres veces más posibilidades de observar marsopas a 100 metros que a 50, y en numerosas ocasiones se aventuran hasta el borde de la plataforma continental".

Pero hay otra conclusión, y es que las marsopas, conocidas en Galicia como "toniñas", prefieren evitar el interior de las rías para alejarse del "impacto humano causado por el tráfico de embarcaciones de motor".

Aclara Bruno Díaz que "las marsopas evitan estar presentes en zonas de alta concentración de embarcaciones a motor posiblemente por la contaminación acústica y comportamiento asustadizo de la especie".

Asimismo, y también en contra de lo que se creía inicialmente, "se pudo confirmar que los delfines mulares no tienen nada que ver en la distribución de las marsopas, ya que se pudieron ver grupos de delfines y marsopas compartiendo el territorio sin agresividad alguna entre las dos especies".