El director para el sur de Europa de la fundación Franz Weber elogia algunos aspectos de la ley, que en términos generales considera "buena". Pero cree que también hay retrocesos. Así, por ejemplo, cita el hecho de que no se haga una mención expresa de los caballos y demás equinos, "que en muchas familias pueden considerarse también como animales de compañía". Otra queja es que la ley no ha sido dotada de un presupuesto suficiente. "Ahora mismo habría unos 319 euros para cada ayuntamiento. Con ese dinero tendrían solo para esterilizar unos pocos gatos". Según el directivo de Franz Weber, "una ley sin presupuestos es como un coche sin gasolina, solo vale para hacer una foto. Ahora veremos si el PP cuando aprobó esta ley pretendía en realidad lograr una transformación social positiva o si solo perseguía una foto".

En este sentido, Leonardo Anselmi cuestiona el hecho de que "se le impongan más competencias a los Concellos sin dotarlos de dinero". "No puedes dotar de más responsabilidades, sino das más derechos, que en este caso son de tipo económico", añade.

A este respecto, apunta que el texto legal establece por ejemplo que los concellos -o una agrupación de los mismos- deberán contar con espacios adecuados para acoger a los animales abandonados. Los municipios estarán también obligados a esterilizar las colonias de gatos callejeros, con la finalidad de evitar un crecimiento descontrolado de las mismas. "Llevamos décadas y décadas matando animales, y sabemos que eso no funciona", prosigue Anselmi.

Por ello, considera que si el gobierno ansía de verdad un cambio social y pretende que la ley no se quede en papel mojado tendrá que desarrollar reglamentos para los aspectos más confusos y poner dinero sobre la mesa.