A mediodía ya había gente saliendo del salón José Peña de Cambados con ramos y centros de flores. Porque aunque el calor de estos días hace presagiar que el mayor volumen de ventas se produzca entre el martes y el miércoles por la mañana, ya hubo quien aprovechó la soleada jornada de ayer para llevar los adornos florales al cementerio.

El Mercado das Flores de Cambados experimentó un cambio drástico desde que lo organiza el concejal Xurxo Charlín. Hasta hace tres años, se celebraba al aire libre en el entorno del centro de salud, pero el edil lo pasó a Peña. La medida fue controvertida el primer año, pero pasado el tiempo se escuchan sobre todo elogios.

La vilanovesa Delia Fontán, por ejemplo, afirma que "el cambio fue positivo, para nosotras y para los clientes. Aquí no pasas frío ni estás a la lluvia, y la gente puede mirar con tranquilidad, no tiene que andar a correr con el paraguas. Además, podemos quedarnos aquí a trabajar de noche y no tenemos que estar desmontando y recogiendo la mercancía cada día".

En Peña disponen de luz, baños, un vigilante de seguridad por las noches y una tarjeta de carga y descarga para facilitar el traslado de las flores.

En la distribución de los puestos del Mercado de Flores de Peña se ha primado a las floristerías de Cambados y a quienes venden habitualmente en el mercado de los miércoles y los sábados. Los demás recibieron su espacio según el orden de inscripción. Esta distribución se ha mantenido desde entonces, y un vendedor, Francisco Buceta, de Meis, opina al respecto que "la ventaja de tener siempre el mismo puesto es que la gente sabe donde estás, y ya te vienen de un año para otro".