Combinar escenas del Misterio del nacimiento de Jesús con episodios de la más rabiosa actualidad y mezclarlas con la vida cotidiana de un pequeño pueblo como Valga en una superficie de 350 metros cuadrados parece misión difícil. Y si al 80% de las más de 4.000 figuras se les imprime movimiento y se dereza con efectos especiales "noche y día" y música, el paisaje que se crea es, sin duda, de cine.

Éste es el principal mérito del Belén Artesanal de Campaña (Valga) que abre hasta el próximo 8 de enero y que espera recibir a más de 40.000 personas, si prosigue el mismo ritmo que hasta ahora "pues hay más afluencia que en 2015 cuando contamos a los visitantes uno a uno".

A la espera de que el próximo año se instale un torno que cuente de forma automática, los organizadores del Belén de Valga saben que este año fulminarán aquel récord "pues hemos incorporado muchas novedades, incluso un Pesebre nuevo y, por primera vez, la imagen de la Virgen tiene movimiento", explica Juan García.

La renovación anual de la composición es la principal clave del éxito de esta composición navideña que cuenta con la declaración de Interese Turístico Galego.

Cierto que muchas de las figuras permanecen de forma invariable a lo largo de los años pero son muchas las que se incorporan cada año.

"Se trata de hacer un resumen de lo más importante del año e incorporarlo al conjunto", explica García. Este año se han creado composiciones relativas a los Juegos Olímpicos, a la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, el debate de los cinco principales candidatos a la Xunta de Galicia o de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa dando el pecho a su hijo.

Pero para incluir estos nuevos elementos, la organización ha tenido que prescindir de asuntos que otros años eran actualidad. "Obviamente teníamos que retirar el accidente de Angrois o el juicio del Códice Calixtino" que tantas felicitaciones han recibido en su día.

Juan García con Antonio Castiñeiras López, José Cartiñeiras Grela o Santiago Rodríguez subrayaban el enorme trabajo que supone acertar con el espacio adecuado para cada una de las escenas.

"La Santa Compaña es la única a la que se le reserva un hueco porque es muy grande y tiene que estar en lo alto y todas las demás escenas se cambian de ubicación", asienten los organizadores.

Juan García reconoce una cierta preocupación por el futuro del Nacimiento aunque a largo plazo. "Somos treinta personas las que trabajamos desde hace 22 ediciones en la instalación del Belén pero somos los de siempre con muy poquitas incorporaciones cada año".

La construcción es muy minuciosa y compleja tanto como decir que en el edificio cuentan con dos fosos para las máquinas y al menos tres talleres de costura, carpintería y cantería pues cada pieza requiere de una delicada fabricación.

El día de Navidad se multiplican los elogios pues en ocasiones no queda ni sitio para dejar el bus.