Una decena de barcos de Cambados, O Grove, Portonovo y Rianxo salieron ayer en dos grupos hacia el Cantábrico para pescar caballa, en una pesquería para la cual Galicia tiene un cupo de 1.800 toneladas, y que empieza el lunes.
Relacionadas
Media docena de embarcaciones salieron a primera hora de la tarde de sus respectivos puertos, para reunirse después frente a Aguiño, en la bocana de la ría de Arousa. A última hora de la tarde tenían previsto llegar a Fisterra y pasar allí la noche, pues se trata de embarcaciones de tamaño reducido (de nueve metros y medio a doce y medio de eslora), y las previsiones meteorológicas en el mar para la pasada madrugada eran malas.
Los barcos de pesca de bajura de la ría de Arousa empezaron a subir al Cantábrico a la pesca de la "xarda" hace cuatro años, en un momento en el que empezaban a notar una falta de pesca preocupante en aguas gallegas. La duración de la campaña es variable, según el número de barcos que finalmente se sumen a la pesquería y la cantidad de pescado existente, aunque por término medio dura entre 15 y 20 días.
La pesca de la caballa se hace con anzuelo, con lo que se trata de una pesca muy laboriosa. Juan Carlos Somoza, armador y patrón del "Meixides" de Cambados afirma que "la duración de una jornada de trabajo depende del pescado que haya. Tanto puede ser de cuatro o cinco horas, o incluso tres, hasta de 10 o 12". Unas jornadas que empiezan a menudo a las 5 de la madrugada, o incluso antes.
La mayoría de los barcos de Cambados hacen base en la localidad cántabra de Santoña, aunque hay otros de la ría de Arousa que hacen parada antes, siendo Avilés, en Asturias, otro de los puertos donde la población gallega se multiplica estos días.
La caballa desciende en esta época del año de las aguas frías de la Bretaña francesa hacia el sur, y los barcos van a su encuentro. Salen de puertos de toda Galicia, y Cambados es la localidad de la ría de Arousa que más embarcaciones aporta, hasta un total de siete.
El tope de capturas de que disponen es de 2.000 kilos diarios por barco, con la novedad este año de que se trata de un tope acumulable semanal, de modo que si un día no pueden salir a faenar por mal tiempo, no pierden el tope de esa jornada, y esas dos toneladas pueden sumarse al cómputo semanal.
En la flota existe un cierto malestar con respecto a estos cupos, al considerarlos muy insuficientes y discriminatorios con respecto a los que disfrutan los barcos cántabros. Juan Carlos Somoza resume ese malestar afirmando que "las administraciones se olvidan de nosotros". "Dicen que la culpa es la Unión Europea, de Bruselas, y con ese argumento aprovechan para lavarse las manos".
Según Somoza, en la situación actual esta pesquería no resulta rentable. "Sí que valdría la pena el esfuerzo que haces y lo que gastas sí pudiésemos trabajar tres meses. Yendo 15 días no la vale, pero en cierto modo ahora estamos obligados a ir porque hemos gastado mucho dinero en la preparación de los barcos". En este sentido, lamenta que Galicia aún cuente con menos caballa que en 2015. "Nos han rebajado unas 4.000 toneladas con respecto a lo del año pasado, que ya era poco", prosigue Somoza. Según él, se trata de un pescado con grandes posibilidades comerciales, al ser muy demandado en Rusia y otros países del Este de Europa.
Esta campaña es para los barcos con artes distintas del arrastre o el cerco. En Cambados también existe una flota importante del cerco, que a menudo sale a trabajar hacia el Cantábrico y el Golfo de Vizcaya en primavera, a la busca de la anchoa, otra especie que en los últimos años se muestra esquiva.