En las últimas semanas aparecieron algunas supuestas trampas para ciclistas en senderos del monte Castrove, y en las redes sociales hubo comentarios inculpando a los cazadores. Rafael Otero se mostró ayer muy dolido por esa acusación, que él considera infundada. "En el monte tenemos que caber todos, y por supuesto que condeno esos actos vandálicos que pueden matar a una persona o dejarla inútil. Pero antes de hacer una acusación de ese tipo, de decir que son los cazadores los que ponen las trampas hay que coger a una persona colocándola o tener otras pruebas".
Es más, sostiene que aún en el supuesto de que el autor de esos hechos fuese cazador, no estaría bien generalizar y condenar a todos los aficionados. "Hay mala gente en todos lados, y no por eso se mete en el mismo saco a los demás. Los cazadores también andan en bicicleta". Eso sí, argumenta que "nosotros tenemos permiso para ir de caza los jueves y los domingos, y los ciclistas tienen el resto de días y del año".
La controversia surgió en O Salnés el año pasado, después de que los comuneros de Armenteira colocasen unos carteles impidiendo el paso de las bicicletas por algunos de sus caminos. Hubo protestas, y se retiraron los carteles. Pero pasados varios meses volvió a haber problemas, con la aparición en dos ocasiones de sendas tablas con clavos.