La focha común, ave del año en Galicia

Y tras la grajillla, llegó el turno de la focha común (Fulica atra), conocida en Galicia como "Galiñola negra" y presente en espacios como el Complejo Intermareal Umia-O Grove, y más concretamente en la laguna de A Bodeira. Hay que tener en cuenta que incluso el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) se refiere a la presencia de esta especie en la localidad grovense cuando alude al periodo de nidificación o reproducción de las especies, destacando aves acuáticas nidificantes como el chorlitejo patinegro, el ánade real o azulón, el avión zapador, la polla de agua, el zampullín común o chico y la aludida focha común.

La Sociedade Galega de Ornitología (SGO), que en 2013 hizo lo propio con la grajilla (Corvus monedula), ha designado a la "Galiñola negra" como Ave del Año 2014, y lo ha anunciado con motivo del Día Mundial de los Humedales, que son el principal refugio y sustento de las fochas.

Desde la SGO alertan de que la especie sufre desde hace años "un declive poblacional" que en gran medida se cree relacionado con los problemas de observación que atraviesan diferentes zonas húmedas de Galicia. Así pues, los ornitólogos y naturalistas consideran a la focha común "un buen indicador de la calidad y problemas de conservación de nuestros humedales", de ahí que a lo largo de este ejercicio quieran dar a conocer todo cuanto rodea a esta especie e impulsar acciones tendentes a protegerla.

Está previsto que la SGO organice diversas actividades divulgativas, en las que invita a participar a los "entusiastas de las aves de Galicia", tanto para evaluar el estado de conservación de la focha común como para conocer y detallar las causas esenciales de su declive.

En este sentido, cabe aludir a un informe del Ministerio de Medio Ambiente en el que se explica que "los cambios en su hábitat tradicional pueden influir de manera muy notable en los efectivos poblacionales". Y como causas de regresión probable se alude a "la presión cinegética, la alteración de los medios acuáticos que ocupa o la destrucción de dichas áreas".

También se concreta que "si a los factores anteriormente citados se suma el régimen hídrico temporal de gran parte de los humedales españoles, los efectivos poblacionales pueden sufrir grandes descensos en periodos en los que dichos factores actúen de manera conjunta".

De este modo, "las medidas de gestión para mantener el estado actual de una población estable o en ligero ascenso a escala general, pasarían por la racionalización de la presión cinegética, adecuándola a las características ecológicas de los humedales cada año, así como evitar la eutrofización y destrucción de las zonas húmedas". Las mismas fuentes detallan que la focha común "está ampliamente distribuida, con una población reproductora en Europa que se estima entre 1.100.000 y 1.700.000 parejas". A lo que se añade que su presencia en España es habitual a lo largo de todo el ciclo anual.

En el Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO) de O Grove aparece registrada esta especie, calculándose que en el complejo intermareal hay alrededor de 80 aves, cifrándose la media anual de parejas reproductoras entre 10 y 20. En el PIO se aclara que este ave puede medir hasta 42 centímetros y que su envergadura oscila entre los 70 y los 80 centímetros.

Con pluma negra, lo que hace mucho más llamativo su pico blanco, al igual que una mancha del mismo color en la cabeza, este ave es definido como "gregario y compatible con otras aves durante otoño e invierno", pero también se presenta como una especie "que se vuelve territorial y muy agresiva en el periodo de celo y nidificación".

Los ornitólogos destacan que "se alimenta de plantas acuáticas, semillas y hierbas; de un modo más ocasional consume pequeños invertebrados, como insectos, caracoles y gusanos; no es extraño que atrape renacuajos y come en campos inundados, charcas, arrozales o en la orilla de los lagos y ríos". Parece que "excepcionalmente se sumerge para conseguir el sustento que no encuentra en tierra".

Cabe indicar, además, que la focha común "nidifica en sólidos nidos de carrizos flotantes o varados en ramas medio sumergidas; realiza la puesta entre enero y mayo, con 5 o 6 huevos ocres con puntos negros que incuban durante 21 a 24 días ambos padres, que alimentan a unas crías que abandonan el nido a los cuatro días y se independizan a las ocho semanas".

De ello entienden, y mucho, en la Sociedad Española de Ornitología (SEO), que a través de su delegación territorial en Pontevedra organizó una salida de campo el domingo, para conmemorar el Día Mundial de los Humedales. El destino no fue otro que el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo y lagunas de Carregal y Vixán (Ribeira). El grupo ornitológico que coordina Encarna González explica que en la visita "recorrimos playas, lagunas litorales, carrizales, dunas, masas arbóreas y puertos; y pudimos disfrutar de especies como el colimbo grande, negrones, charranes patinegros, gaviotas cabecinegras, un grupo de 19 gaviones atlánticos juntos, ostreros, archibebes comunes y claros, correlimos comunes y tridáctilos, agujas colipintas, zarapitos trinadores, vuelvepiedras, ánades frisos, cercetas comunes, patos cuchara, zampullines chicos, rascón, cernícalos, esmerejones, además de fochas y pajarillos como zorzales charlos, curruca rabilarga y cabecinegra, jilgueros, herrerillos y bisbitas".