El Bloque Nacionalista Galego de Catoira asegura que el plan municipal de urbanismo que el grupo de gobierno pretende sacar adelante reducirá considerablemente las posibilidades de construir en el municipio. El portavoz nacionalista, Xoán Xosé Castaño, explicó ayer en conferencia de prensa su punto de vista sobre el documento, que considera perjudicial para el futuro del municipio.

El BNG estima que el nuevo PXOM contempla una reducción de 270.000 metros cuadrados de terrenos edificables con respecto a las normas subsidiarias que regulan en la actualidad el urbanismo en el municipio. Pero no solo eso, pues según el edil nacionalista el 88 por ciento del total del término municipal pasará a estar catalogado como suelo rústico de especial protección -por lo que no se podrá construir en él-, frente al 65 por ciento actual. "Es un incremento desproporcionado", opina Xoán Castaño.

La exposición pública del PXOM de Catoira terminó ayer, y el Bloque presentó una reclamación centrada en nueve puntos. El principal es que, según la formación nacionalista, el documento que está ahora mismo a debate lastra enormemente las posibilidades de desarrollo del ayuntamiento. Así, Castaño estima que el plan contempla la desaparición de un millar de solares con respecto a las normas subsidiarias, y que eso será un mazazo para muchas familias "que pensaban que tenían un solar, pero a las que ahora se obligará a comprar otra finca si quieren construir o a invertir entre 20.000 y 30.000 euros en la tramitación para conseguir que sus terrenos sean edificables y poder levantar una casa de 150 metros cuadrados".

Castaño fue más allá, y llegó a asegurar que el documento que está en trámites ahora "supone un desahucio y un robo" para cientos y cientos de familias. Por todo ello, el edil nacionalista pide al grupo de gobierno de Alberto García que amplíe un mes más el periodo de exposición pública y recogida de alegaciones "con las cuentas reales de edificabilidades y con datos concretos de las zonas donde ésta se pierde".

Otra de las peticiones que hace el Bloque es que no se recorte la edificabilidad en las fincas que aparecían como urbanizables en las normas subsidiarias de 1993 -año en que se introdujeron algunos cambios en las aprobadas una década antes-, e incluso plantea la posibilidad de renunciar por ahora a aprobar el nuevo PXOM y a quedarse con las normas subsidiarias. "El propio alcalde ha dicho que no generaron ningún problema", aduce Castaño en defensa de esa tesis.

El Bloque argumenta que también se verán perjudicados los vecinos con terrenos incluidos en las APR o que son urbanizables, entre los cuales suman unos 217.000 metros cuadrados, muchos de ellos ubicados en el núcleo urbano de Catoira y en el lugar de Abalo.

En cuanto a las previsiones de construcción de nuevas viviendas, el Bloque argumenta que el nuevo PXOM contempla unas 1.700, y que eso supone una merma de 400 con respecto a las cifras que manejaban en su día las normas subsidiarias, lo que supondría "quitar el derecho a edificar a unas 400 familias del municipio". Además, se quejan de que la documentación actual no especifica en que lugares se recorta este derecho a construir y por qué, lo que consideran muy grave.