No son pocas las baldosas que están sueltas en calles del casco urbano de Vilagarcía, lo que genera molestias a los viandantes, sobre todo cuando llueve. Pero además, residentes vilagarcianos también se quejan del hundimiento de algunas aceras, como la que se observa en la fotografía, justo en la rotonda de O Ramal. El deterioro de este firme provocó ayer que un peatón cayese al suelo, hiriéndose una rodilla. Vilagarcía no es el único municipio de la comarca con deficiencias en sus aceras. Y es que el mantenimiento de las mismas se está resintiendo a causa de la crisis.