La campaña impulsada por el Concello de O Grove para facilitar la identificación de los perros mediante la colocación de microchips ha sido "un éxito absoluto". Así lo asegura el concejal impulsor de la medida, el galeguista Alfredo Bea García, quien indica que finalmente se repartieron tickets para la colocación de más de 160 identificadores caninos.

Hay que recordar que el Concello se comprometió a facilitar el acceso a esos microchips a precios reducidos, de ahí que los interesados tuvieran que acercarse a las oficinas municipales para retirar los vales de compra correspondientes.

Finalmente, como queda dicho, se han repartido más de 160, "y esto indica que el trabajo se ha hecho bien y que hemos conseguido un objetivo más, como era el de facilitar el cumplimiento de una ley vigente desde hace ya ocho años".

El edil quiere agradecer la implicación y colaboración vecinal, pues considera que los ciudadanos han respondido positivamente al llamamiento que él mismo realizó.

Como se recordará, en el Concello impulsaron la colocación de los microchips para identificar a los perros, y al mismo tiempo advertían de que a partir de hoy "la Policía Local intensificará la inspección de todas las mascotas que encuentre en el municipio y se sancionará a los propietarios de los animales que estén sueltos por la calles, que defequen en ellas sin que nadie recoja sus excrementos o que carezcan del obligatorio microchip".

De este modo el galeguista insiste en que "la villa es de todos, y por tanto, para mantenerla limpia y dentro de unas normas básicas de civismo y convivencia, debemos colaborar en conjunto para que zonas como Aguieira, el paseo de Lordelo, Terra de Porto, O Sineiro, Vilavella, O Con o A Tafona, entre otras, dejen de aparecer repletas de excrementos caninos".

Esta exitosa campaña para fomentar la colocación de los microchips se complementa con otra de carácter informativo llevada a cabo entre los escolares de la localidad, a quienes se muestra cómo deben cuidar a un perro, pero también cómo tienen que actuar para que esos mismos canes no ensucien las calles en las que todos los vecinos y sus visitantes deben convivir. "Estamos en el buen camino para conseguir un pueblo limpio y respetuoso", insistía Bea.