Como suele ocurrir siempre que se registran fuertes temporales, como los vividos en los últimos días en Galicia, aumenta considerablemente el nivel de fitoplancton portador de biotoxinas, que poco a poco avanza hacia el interior de las rías. Así las cosas, la marea roja empieza a extenderse de nuevo y durante la última semana ya ha obligado a prohibir la extracción de mejillón de batea en ocho polígonos, pero a buen seguro serán muchos más durante la próxima semana.

La ría más castigada a estas alturas, como sucede en cada episodio tóxico, es la de Pontevedra, donde ya están cerrados cinco de sus ocho polígonos: Cangas A, Cangas B, Bueu B, Bueu A2 y Bueu A1, éste cerrado desde el 2 de agosto. Por el contrario, permanecen abiertos, por ahora, los tres de Portonovo(A, B y C).

Arousa

Tras los análisis efectuados también se prohibió la extracción de mejillón en los parques de cultivo flotantes pertenecientes a Grove C2 y Grove C4, ambos situados en la ría de Arousa, que dotada con una veintena de polígonos bateeiros es la más productiva de Galicia.

Estos cierres se suman al de Corme B, vigente desde el 24 de mayo, y al Muros B, ordenado el pasado viernes.

Baiona y Vigo, a salvo

De momento, a la espera de la evolución del episodio tóxico, siguen limpias las rías Ares-Betanzos, Baiona y Vigo, donde por el momento está autorizada la extracción de mejillón en todos sus polígonos de bateas.

Los cierres decretados en los últimos días desde el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), situado en el muelle vilagarciano de Vilaxoán, se deben a la presencia de toxinas lipofílicas, producidas por los dinoflagelados del género Dinophysis -los causantes de la presencia de toxinas diarreicas (DSP) en Galicia-, que se transmiten a través de los bivalvos filtradores -como el mejillón- a niveles superiores de la cadena trófica, convirtiéndolos en no aptos para el consumo humano.