Un gran susto volvieron a sufrir ayer los vecinos del inmueble número 8 de la calle Ramón y Cajal, en pleno corazón del casco urbano de Vilagarcía, al producirse un conato de incendio en la panadería ubicada en el bajo del edificio. Debido a la gran humareda que se produjo, los moradores de las tres plantas superiores tuvieron que desalojar sus viviendas, mientras Bomberos, Protección Civil y Policía Local de Vilagarcía hacían su trabajo con el fin de controlar la situación.

El siniestro comenzó sobre las 15.45 horas de la tarde de ayer cuando los vecinos del edificio comenzaron a percibir un fuerte olor a humo procedente de la panadería que en ese momento se encontraba cerrada.

Al principio, según comentaron algunos de los moradores de las viviendas, pensaron que se trataba de la limpieza periódica de la chimenea de la panadería que suele desprender un olor poco agradable. Pero dado que cada vez el olor se hacía más penetrante decidieron salir a comprobar lo que ocurría, encontrándose una gran humareda en las escaleras del inmueble. Fue entonces cuando llamaron al 112 y a los Bomberos, mientras trataban de localizar al propietario de la panadería.

Efectivos de la Policía Local fueron los primeros en llegar a la zona y aconsejaron a los vecinos que desalojaran sus viviendas a la espera de que llegaran las unidades de Bomberos y de Protección Civil debidamente equipadas para poder entrar en el inmueble.

El propietario de la panadería llegó al número 8 de Ramón y Cajal en el momento en que estaban a punto de desplegar sus equipos los Bomberos y Protección Civil, facilitando la apertura del establecimiento.

Dado que se trata de una calle peatonal, se optó por entrar con el vehículo de pronto auxilio de Protección Civil de Vilagarcía, quedando en las proximidades la motobomba del equipo contra incendios de O Salnés.

En el interior de la panadería comprobaron que junto al horno estaban apilados unos leños y unos papeles en las proximidades que, con el calor desprendido por el horno se incendiaron alcanzando la madera. La rápida actuación ante la denuncia de los vecinos impidió que el siniestro tuviera consecuencias más graves porque a un metro del horno estaba una lata con gasoil, que no fue alcanzada. Tras sofocar el conato de incendio, los efectivos procedieron a refrigerar e hidratar la zona afectada y ventilar el inmueble para que los vecinos pudieran volver con tranquilidad a su casas. Una situación similar se produjo en el verano pasado en esta panadería.