Almeja, centolla, nécora, berberecho o bogavante son especies de todos conocidas que año tras año generan importantes ingresos en las lonjas gallega. Pero en cada ejercicio se nota un incremento de recursos específicos alternativos, presentados por las cofradías de pescadores como una salida diferente para mejorar la renta media de sus asociados. Es el caso de algas, miñocas (poliquetos), caramujos y otras muchas especies de los fondos marinos.

En abril de 2005 se anunciaba en FARO que las cofradías de A Illa, Cambados y O Grove impulsaban la explotación intensiva de las miñocas, y en agosto de aquel año se dijo que las mariscadoras mecas iniciaban su venta, a un precio de 14 euros el kilo.

Ya en marzo de 2006 se explicaba que la explotación de lapa o "copos" daba los primeros resultados en la lonja grovense, toda vez que una veintena de mujeres reunían 400 kilos de esta especie en una jornada de trabajo, lo que supuso que cada una de ellas se embolsara cerca de 40 euros.

Ahora puede decirse que a lo largo de 2006 se vendieron más de 6 toneladas de lapas en A Guarda, Aldán-Hío, Burela, O Grove, Ribadeo y San Cibrao, lo cual supuso una facturación total de 15.000 euros.

También durante el pasado ejercicio, un recurso específico como el erizo de mar logró su consolidación definitiva, con 728 toneladas vendidas y 1,5 millones de euros facturados, al igual que se comercializaron 49 toneladas de algas, para obtener 29.000 euros.

Entre las algas destaca el argazo vendido en Cangas, el golfo subastado en Aldán-Hío y Cangas o la touca, que se vendió en Carnota y Muros.

Otras especies minoritarias -para muchos son las "cenicienta" del agua-, son el caramujo, con 3 toneladas vendidas el año pasado por un total de 10.000 euros, y el berberecho rabioso, con 51 toneladas y casi 46.000 euros facturado, en Cambados y A Pobra do Caramiñal.