Rías Baixas tiene ultimado el tradicional dispositivo de control tanto en los viñedos como en las bodegas y en las carreteras. El objetivo es evitar el fraude y la transformación de uvas no amparadas por esta Denominación de Origen Protegida.

En esta ocasión participarán 68 inspectores, conocidos en el mundillo como veedores, "contratados para llevar a cabo la tarea de inspeccionar y controlar bodegas, viñedos y transportes para asegurar el origen y calidad del producto, todo ello coordinado por los veedores del departamento técnico del propio Consello Regulador, formado por otras cuatro personas", confirman en dicho departamento. A su actuación se sumarán igualmente efectivos de la Guardia Civil, que patrullarán las carreteras y podrán realizar controles de los transportes.