También había fiesta un poco más arriba, en el actual recinto ferial, donde estaban expuestos los caballos de docenas de "tratantes" y ganaderos. Muchos de ellos eran hermosísimos ejemplares, de diferentes razas, que participaron en los concursos de belleza. Además, había puestos de comidas y caravanas de venta de artículos de equitación, como botas, monturas o cinchas. Muchos jinetes, ataviados con los sombreros y los chalecos propios de los "cowboys" paseaban entre los caballos, algunos de los cuales estaban a la venta, con precios que oscilaban entre los 600 y los 6.000 euros. "Lo que más importa, por encima de la calidad del caballo, es que tenga los papeles de un pura sangre", comentó José Manuel Barreiro, un ganadero de Cuntis. Señaló que el negocio hoy en día es más bien un "hobby", pues no da lo suficiente para vivir. "Ahora ya no se vende nada para el campo. Sólo compran los jóvenes, para montar y divertirse".

Vaquillas

Pero estas fiestas no concluyeron ayer. El próximo día 28 habrá una corrida de vaquillas en Zacande, que no se organizaba desde hace 15 años.