La sensibilidad extrema hacia las emociones les ha condicionado sus vidas y provocado problemas de salud. Por ello han recurrido al grupo de autoyuda Emotivos Anónimos La Amistad, que lleva dieciséis años funcionando en Vigo, ciudad pionera en España en implantar este sistema terapéutico de doce pasos importado de Estados Unidos, donde se conoce sobre todo aplicado a la adición al alcohol. "Nuestras reuniones no son como las que salen en las películas americanas; son más íntimas y personales; solemos acudir entre ocho y diez personas y acabamos entablando amistad", explica Jesús, el más veterano del grupo.
El local 12 del número 19 de la calle San Roque alberga cada miércoles a las 20:30 horas y los sábados a las 11:30 horas las reuniones del colectivo. Sin líderes, creencias religiosas ni ánimo de lucro, el grupo sobrevive con las aportaciones voluntarias de sus integrantes. "Al final de cada reunión pasamos una bolsa en la que cada asistente introduce la mano con el puño cerrado y la saca abierta, de manera que nadie sabe lo que ha aportado y se garantiza que nadie se lleva nada", explican.
Compartir experiencias (en cada reunión se establecen turnos de cinco minutos para aquellos que deseen hablar), apoyarse en el camino hacia la recuperación a través de "literatura" (así llaman al material escrito de autoayuda) y querer recuperarse de un problema emocional son los requisitos y características en común que tienen entre ellos.
Abiertos a la entrada de nuevas personas que puedan beneficiarse de esta terapia de grupo, el próximo sábado día 6 de abril a partir de las 17:30 horas celebran una jornada de puertas abiertas en su sede para ofrecer información sobre el funcionamiento del grupo. "Normalmente al recién llegado le damos un test con preguntas para que sepa si se encuentra ante un problema emocional", explica Jesús.
Marifé, otra de las veteranas del grupo, destaca el apoyo emocional que recibe en las reuniones. "La Marifé que llegó hace 15 años estaba a tratamiento psicológico por un proceso difícil que le provocó una baja autoestima, muchos miedos y vergüenza al que dirán; la de ahora es más fuerte, se valora más", describe. "Los problemas siguen estando ahí, pero los acepo y los afronto de manera diferente; he aprendido a aceptar lo que no se pede cambiar, a convivir con problemas cotidianos; en definitiva, he cambiado mi actitud", añade.
Jesús comenta que sigue acudiendo a las reuniones después de 16 años "porque las sigo necesitando para el día a día; porque los viejos hábitos que tenia se vuelven a implantar; y eso lo he visto en un familiar con esquizofrenia que dejó de venir a las reuniones y su propio psiquiatra le recomendó que volviera". Este integrante fundador de Emotivos Anónimos en Vigo explica que cuando comenzó con el grupo "era una persona muy susceptible, con una ira desorbitada, poca paciencia y muy irritable; a día de hoy esa ira cotidiana ya no existe y dentro de lo que yo creo, tengo bastante paciencia".
Un problema emocional crónico en forma de depresión es el diagnóstico que le dieron a Manuel, que lleva diez años en el grupo. "Las reuniones me valen para estar más estabilizado, cada vez que salgo de ellas, se me levanta el ánimo escuchando a los compañeros, haciendo terapia de grupo", afirma. "El apoyo que recibí fue fundamental cuando perdí a mi hijo, en 2013, las reuniones me dieron un empujón para arriba", describe.
Antonio llegó a Emotivos Anónimos en 2013 por un artículo que leyó en FARO_DE_VIGO:. "Tengo muchos miedos que me vienen de la niñez; al llegar a los 60 años me escondía de la gente, evitaba los lugares públicos, me negaba a ir a comer con amigos; fui al psicólogo pero no me solucionó nada; llegué a Emotivos Anónimos y encontré el camino para saber de dónde proceden ese problema y como combatirlo; me gusta leer y escribir; es lo que más me ayuda, dice.
Los interesados en ampliar información sobre el grupo pueden visitar la página web www.emotivosanonimos.org o llamar al número de teléfono 604 055 302.
