Existen cada vez más restaurantes vegetarianos y veganos. Florecen y brotan siguiendo tendencias globales que, poco a poco, van calando en una sociedad que, aún siendo carnívora, sabe también apreciar platos tan estimulantes como hamburguesas vegetales, brochetas de tofu o lasañas de cocido. Mucho más allá de una moda, es una apuesta por una comida sana y natural. Los productos ecológicos también están ganando terreno y cada vez más restaurantes los incluyen en sus cartas.
Como decía el conde de Clermont-Tonnerre en páginas del maestro Cunqueiro, son las gentes de imaginación las que casi siempre comen mejor, pues "asocian su sustancia terrenal al lugar de donde son, y perciben entonces hasta su mismo meollo el lazo que los ata a la tierra que los soporta (?), y así comulgan con su tierra en un festín de amor". Y como creatividad no falta en Galicia, son muchos los locales que sorprenden con propuestas sanas en las que cabe un mundo de sabores.
En todos es posible recargar la energía necesaria para el día a día. Entre los veteranos de la opción vegetariana, Gálgala, en la calle Placer de Vigo, es uno de ellos. Más de veinte años ofreciendo sus propuestas ecológicas y naturales son la mejor garantía de calidad. Los platos caseros y multiculturales son la seña de identidad de este local impulsado por Bea Gómez y su equipo, al que han dotado de un ambiente íntimo y relajante que invita a disfrutar con calma de sus elaboraciones. Y aunque la carta cambia cada día, algunos de sus platos más destacados son la crema de calabacín, el quiche de tomate y pimiento o el arroz con tofu y verduras. Además preparan recetas para celíacos y se pueden adquirir productos biológicos y de precio justo para cocinarlos en casa porque cuenta con una pequeña tienda.
Verduras y vegetales han dejado de ser meros acompañantes de los primeros o segundos platos para convertirse en protagonistas. En esta ruta aparece el restaurante Cúrcuma, otro clásico en el circuito vigués en el que se puede disfrutar de todo lo verde presentado de múltiples formas, con opciones como lasaña de espinacas o tomate relleno.
Resulta imposible referir todo lo que se cuece en Galicia en este escenario vegetal, en el que sobresalen propuestas diferentes como A Casa da Terra, un enclave en Antas de Ulla en el que además de desconectar y disfrutar de la naturaleza, se organizan actividades de crecimiento personal. Cuenta con granja escuela y un comedor que ofrece comida casera siguiendo una línea de alimentación ovolactovegetariana. También se organizan talleres de comida vegetariana y se hacen menús veganos y macrobióticos por encargo.
Y aunque no es un vegetariano en sentido estricto, A Tulla sí es todo un clásico en Compostela, uno de los más visitados tanto por autóctonos como turistas y peregrinos. Con más de un cuarto de siglo de vida y escondido en la zona vieja (en el callejón Entrerrúas), hace tiempo que en su carta (además de ofrecer todo tipo de opciones) triunfan las elaboraciones vegetales, con propuestas como empanada de setas o lasaña de cocido.
En Santiago también está el Entre Pedras, con una oferta vegana y vegetariana de buen sabor y buena elaboración, como las hamburguesas de frutos secos y lentejas con pan artesano o tosta de hummus de garbanzos con espárragos y judías.
