Daniel Tarrida es uno de los mayores expertos mundiales en Johann Sebastian Bach. "No soy religioso, pero sí que en esta música, que hay un componente religioso muy importante, está hablando de algo que también te pasa o te pasará a ti y en ese sentido es muy emocionante", reconoce el también director del festival Bachcelona. "Yo soy creyente. Creo que es un plus cuando interpretas este tipo de música. Me centro mucho en el texto, en el transforndo, en el subtexto, en más allá de lo que está escrito", relata la sobresaliente soprano Marta Mathéu, voz destacada del panorama lírico y operístico continental. Josetxu Obregón, violonchelista barroco, director y fundador del grupo La Ritirata, tuvo que ir a La Haya para formarse. Hoy podría haberlo hecho perfectamente en España. "En muchos conservatorios, en música antigua hay mucho nivel, gente muy buena. Y cada vez hay más festivales con mucho público. Creo que es un buen momento para la música antigua", subraya. Con intérpretes profesionales y también amateurs. Nos colamos en el ensayo del coro de cámara Quod Pirum. Gustavo es médico. "Lo hago por amor al arte, sí". Antonia, técnica en el aeropuerto, debuta hoy. "Cuando estás cantando y concentrada y disfrutando del sonido, a mí se me pasan todas las penas". "Actuar en el festival de música de Cuenca", apunta Gustavo, "sería un sueño". Festival en el que este mismo sábado actúa Egeria, un grupo que es referencia internacional en la música sacra medieval. "Lo que nos mueve a nosotras es revivir este repertorio. Hacer que el público, la gente, pueda estar en contacto, al igual que está en contacto con una catedral que puede tener 800 años, una pintura o cualquier otro tipo de manifestación artística". Interés creciente por un fenómeno que traspasa fronteras. Más allá de credos y liturgias. Más allá de la elevación espiritual.