Más de cinco millones de enfermos solo en España y cerca de 350 millones en todo mundo convierten la diabetes en la gran epidemia del siglo XXI. Este desorden metabólico, que afecta al 10% de la población gallega en general (en mayores de 65 años, el porcentaje se eleva al 25%), se produce cuando en el organismo existe un déficit de insulina que provoca una elevada concentración de glucosa en la sangre. Un trastorno que puede ser motivado por múltiples factores, entre los que destacan el sedentarismo y la obesidad, y que, sin el tratamiento adecuado, puede tener graves consecuencias para la salud, que van desde enfermedades cardiovasculares y neuropatías, hasta complicaciones en la vista o en las extremidades.

"La diabetes mal tratada puede afectar a los ojos, los riñones, el corazón y, en general, a todo el organismo. Los enfermos que no se cuidan pueden llegar a quedarse ciegos o sufrir graves problemas circulatorios que obliguen a amputarles algún miembro", advierte la presidenta de la Asociación Coruñesa de Personas con Diabetes, Dolores Rama, quien avisa, además, de que se trata de una enfermedad "silenciosa" que comienza a dar síntomas -mucha sed, cansancio o problemas de visión- cuando los niveles de azúcar son muy elevados. "Lo habitual es que los afectados se hagan una analítica por otra cosa y descubran que tienen diabetes", indica Rama.

La presidenta de la Asociación Coruñesa de Personas con Diabetes reclama a la Administración sanitaria más recursos para tratar a estos enfermos y también para promover la prevención de la dolencia, principalmente, a través de la educación. "En el caso de la diabetes de tipo 2 es fundamental, ya que el desarrollo de la enfermedad está estrechamente ligado a factores como el sedentarismo y la obesidad, aunque también tiene un fuerte componente genético", apunta Rama, quien alerta sobre el incremento de la incidencia general, y a edades cada vez más tempranas, debido, principalmente, al cambio en los hábitos de vida y el tipo de alimentación. "La aparición de la diabetes de tipo 1 también se adelanta, y ya se está viendo en menores de 5 años, aunque los motivos, en este caso, no están claros", señala. "Se cree que existen una serie de factores genéticos, epidemiológicos y ambientales, que combinados entre sí, aumentan la predisposición a desarrollarla", añade.