"Gracias a que mi musa se las da de cerebral son pobres mis compases para expresión corporal", se lamentaba Javier Krahe, una carencia que han querido contrarrestar Los Toreros Muertos con un próximo disco en el que homenajean a su modo el espíritu del genial cantautor, fallecido en 2015.

"Es muy importante que su mensaje se difunda, su capacidad dialogante, su forma de vivir, casi como un monje ermitaño, lejos de la codicia y viviendo su vida artística con esa devoción", ha explicado Pablo Carbonell, incombustible líder de esta veterana formación musical.

Conocidos desde su formación en 1984 por su irreverente espíritu, decidido a subvertir los géneros musicales en éxitos iconoclastas como "Mi agüita amarilla", Los Toreros Muertos han apostado ahora por "hacer bailable el mundo sonoro krahetiniano".

Dada la "devoción por el lenguaje" del cantautor madrileño, también han intentado "exprimir al máximo el diccionario" en dos "bonus tracks": "Bicicleta estática" e "Himno a Teruel", que fue lanzada hace un año, fiel a su ácida y circense idiosincrasia.

"En Teruel pastaban tranquilos los dinosaurios y ahora con la evolución de las especies y el folclor ¡pasean con su zurulo los turolenses!", cantan Carbonell y el resto de este "grupo bastante más independiente que los independientes", ya que, en pleno proceso de masterización del álbum, que podría estar en la calle en Navidad, aún no tiene discográfica.

Parte de él sonará en el concierto que ofrecerán el próximo 2 de noviembre en la sala But de Madrid, junto a grandes éxitos imprescindibles como "Yo no me llamo Javier", a cuyo "desalmado" narrador, reconoce Pablo Carbonell, le ha cogido "alguna vez cierta apatía u odio".

"Me voy humanizando y ahora entiendo lo que digo en las canciones", bromea el músico ante un proceso de composición que se basaba en la improvisación depurada y filtrada durante meses por el cerebro del autor.

Por ello es por lo que Los Toreros Muertos se definen claramente como "una banda de directo". "Ni yo mismo sé lo que va a pasar, más allá de que nos dejaremos la piel, que es lo importante", subraya Carbonell.