La muerte del excanciller alemán Helmut Kohl, cuya figura política ha recibido unánimes elogios, ha vuelto a dejar al descubierto su complicada vida personal, con los hijos de su primer matrimonio enfrentados públicamente a su segunda mujer.

El distanciamiento quedó registrado por las cámaras ante la casa del fallecido político, cuando uno de sus hijos, Walter, acompañado de dos nietos, intentó sin éxito acceder a la casa familiar en Oggersheim (oeste del país) y la policía que la custodia le comunicó que tenía prohibida la entrada.

El abogado de la viuda, Stephan Holthoff-Pförtner, acusó a Walter Kohl de haber provocado la escena, después de haber ignorado una llamada telefónica que habían acordado para planear la participación de la familia en los actos organizados para despedir al excanciller. En paralelo, el semanario "Der Spiegel" informaba de que la viuda, Maike Kohl-Richter, había intentado que la canciller alemana, Angela Merkel, no hablara en las ceremonias fúnebres organizadas el 1 de julio en honor del político en el Parlamento Europeo de Estrasburgo y en la localidad alemana de Espira, donde será enterrado.

"No puedo hablar por la familia del fallecido, pero puedo decir que la canciller tendrá un papel activo en Estrasburgo y que los otros intervinientes de la lista muestran la relevancia del excanciller en la política europea e internacional", manifestó el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert. Maike Kohl-Richter, 34 años más joven que el excanciller, fue el principal apoyo de Helmut Kohl en sus últimos años, en silla de ruedas desde que sufrió una grave caída en 2008.

Tras su boda, en 2008, las relaciones del político y sus dos hijos, Walter y Peter Kohl, de 53 y 51 años, fueron tensas y en 2011 se rompieron definitivamente. Los dos hijos han acusado reiterada y públicamente a Richter de manipuladora y de haberles separado de su padre y Walter, que acudió el viernes a la casa familiar tras hacerse pública la muerte, aseguró ante un grupo de periodistas presentes que se había enterado a través de la radio.

Peter Kohl había dejado ya al descubierto las desventuras familiares en un libro que publicó en 2002, un año después del suicidio de su madre, Hannelore Kohl. Hannelore fue hallada muerta el 5 de julio de 2001 en su casa de Oggersheim, de donde llevaba quince meses sin salir más que al caer la noche por culpa de una alergia a la luz, tras una vida consagrada al papel de abnegada esposa del hombre de Estado.