"Cuando decidimos hacer la exposición de Clara Peeters no fue solo por una perspectiva de género, ya que fue la primera mujer que expuso en el Prado, sino por su calidad en el arte barroco". Así presentó ayer Miguel Zugaza, director de la pinacoteca, la muestra que saca a la luz a esta artista olvidada.

Peeters, de la que existen muy pocos documentos pero sí los que atestiguan que nació en Amberes en 1954 y que murió en Flandes en 1658, fue una de las artistas claves en el desarrollo de la pintura barroca flamenca y pionera en la pintura de bodegones de la época. Pero la artista no logró reconocimiento por ser mujer. Cinco siglos más tarde, se convierte en la primera protagonista de una gran exposición en el Museo del Prado.

Los expertos consideran que Clara Peeters pudo haber desarrollado su carrera en Amberes. Sus obras más tempranas datan de 1607-1608 y en ellas se aprecia un estilo propio en una etapa de aprendizaje. Fue precoz con el pincel y el lienzo, y su momento de mayor actividad fue alrededor de 1611 y 1612, pero se desconoce si pintó después de 1621. En aquella época, como explicó el comisario, las mujeres no podían acudir a los talleres ni podían copiar los modelos para aprender sobre la figura humana como hacían sus compañeros coetáneos como Jean Brueghel el Viejo, Rubens, Snyder o Van Dyck.

Por ello se considera a Clara Peeters, que debió pertenecer a una familia adinerada, una pionera de la pintura de la edad moderna, especialista en pintar naturalezas muertas, un género que estaba en la vanguardia del arte de la época.