Un estudio refleja que el consumo de la caja tonta es vespertino, solitario y sin la presencia de adultos, lo que provoca, que los más pequeños se ven muy influidos por los contenidos sensacionalistas y violentos.

El informe, que recibe el nombre de 'Infancia, Violencia y Televisión: Los espacios informativos y los imaginarios de la violencia en los niños y adolescentes', pone de relieve la gran capacidad de los niños para diferenciar las propuestas de ficción, de las realistas, es decir, un programa informativo de un reality show. Además, los más pequeños son capaces de distinguir la intensidad de la violencia representada y las consideraciones éticas, como lo que está 'bien hecho' o lo que está 'mal hecho'.

El análisis cualitativo, realizado por investigadores de diferentes universidades del españolas a través de reuniones de grupos, muestra que los niños se ven muy afectados por la violencia, sobre todo los más pequeños, generando sentimientos de incomprensibilidad de la realidad, según informa la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC).

El objetivo principal del estudio es profundizar en el papel de los menores como audiencia activa, incidiendo no tanto en el análisis de contenido de los mensajes violentos, sino en la influencia de esos mensajes en la construcción de los imaginarios colectivos por parte de niños y niñas y en el significado y sentido que asocian a la violencia. Con el informe se ha querido responder a la pregunta '¿Qué hacen los niños con la televisión?'