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Desenchufados, no apagados

Los escoceses Simple Minds deconstruyen sus canciones en clave acústica sin renunciar al nervio rock ni a los arreglos exuberantes. En mayo del próximo año actuarán en Oporto

El álbum se cierra con una versión de Richard Hawley

Un acústico de Simple Minds? ¿Qué será lo próximo, uno de Nine Inch Nails? ¿De Metallica? ¿De Kraftwerk? La veterana banda de Glasgow, famosa por la grandiosidad de su sonido, no es el grupo que la mayoría de nosotros tendría en mente para grabar un disco acústico. No, al menos, un álbum completamente "desenchufado". Pero el concepto de acústico, al menos para la banda de Jim Kerr, no es sinónimo de rústico, bucólico o folk. Desenchufados, sí. Apagados, nunca.

Los arreglos de este acústico sui generis son tan preciosistas como cualquier otro lanzamiento del grupo escocés. En ausencia de cualquier tipo de teclados -han renunciado al piano, que fue una de sus señas de identidad en su apogeo, a mediados de los ochenta-, las guitarras acústicas de Charlie Burchill cobran todo el protagonismo, si bien reforzadas por buenas dosis de reverberación, eco (delay) y otros efectos para lograr un sonido ciertamente espectacular.

Temas del inicio de su larga carrera -que el próximo año cumplirá 40 años-, como "The American" y "Chelsea Girl", cobran nueva vida con esta deconstrucción acústica. Destaca también "Promised you a miracle", con KT Tunstall, en una versión similar a la que ya cantó Jim Kerr con Martha Wainwright en 2010. "Sanctify yourself" y "Glittering prize" suenan extremadamente luminosas. Incluso "Waterfront" conserva buena parte de su energía sin la apabullante batería de Mel Gaynor.

Nuevos miembros

Y es que Simple Minds no es un grupo ajeno del todo al entorno acústico, como demostraron -con violín, guitarra española y acordeón- en la gira de "Street fighting years", allá por 1989. Más recientemente, en 2014, el grupo comprobó que unas actuaciones acústicas para la BBC, durante la promoción del elogiado álbum "Big music", habían sido acogidas muy favorablemente.

Para este lanzamiento, el decimoséptimo en estudio de su trayectoria, Simple Minds prescindió de su batería y teclista habituales, Mel Gaynor y Andy Gillespie, respectivamente, y reclutó como segundo guitarrista a Gordy Goudie (colaborador en trabajos anteriores de Echo & The Bunnymen y de Simple Minds) y a la baterista Cherisse Osei (Mika, Bryan Ferry).

No faltan sus éxitos más recordados, como "Alive and kicking" y "Don't you (Forget about me)", aunque tal vez sean estas revisiones las menos interesantes del disco, que en el CD se cierra con una versión de "Long black train", de Richard Hawley.

El doble álbum en vinilo incluye, además de los 12 cortes del disco compacto, tres canciones extra: "Stand by love", "Speed your love to me" y "Light travels".

En este caso es más cierto que nunca aquello de que no se debe juzgar un disco por su portada. La de este "Acoustic", tirando a cutre, parece más propia de un pirata, y oculta una exuberancia musical difícil de imaginar.

La gira acústica de Simple Minds pasará el próximo año por teatros de Barcelona (30 de abril), Madrid (2 de mayo), Burgos (6 de mayo) y Pamplona (7 de mayo), aunque a los seguidores gallegos del grupo escocés probablemente les interesarán más las fechas de su gira portuguesa: el 3 de mayo en el Coliseum de Lisboa y el 4 de mayo en el Coliseu de Oporto. "No será una cosa soporífera de bongos en la playa", asegura Jim Kerr, y a tenor del disco no promete ningún milagro.

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