Busquemos un punto medio entre lo insolente y expectante que hay ante cada amanecer y de lo que la mar susurra, como dice el disco, vieja y cansada al irse a dormir rompiendo brusca frente al acantilado o lamiendo, dulce, los labios de la arena. Entre esas márgenes del día (de una jornada cualquiera y un viaje continuo por mil tierras que imaginar) se encuentra esta nueva obra de Mark Rosenberg/Passenger años después de haber adoptado el alias de su banda, seguir en solitario y entregar así su séptima obra personal. Hay algo en las letras de Passenger que le distinguen y el anuncio hecho a mediados de año del lanzamiento de "Young as the morning, old as the sea" ya dejó pistas de ciertos cambios. El tema que cierra el trabajo sencillo, "Home", muestra una forma de cantar poco frecuente. Un viaje por mares, tierras y bosques de Australia, Nueva Zelanda e Islandia inspiró una decena de bellas canciones que fueron rematadas en el Reino Unido y donde siguen impresas las formas del amor a las que siempre cantó este muchacho del sureste de Inglaterra. Violines, violas, cornos, pianos y guitarras sedosas de modos tranquilos, casi tímidos, siguen cincelando cada estribillo con guiños a la esperanza, el diálogo y a todo lo bueno que este mundo aún promete descubrirnos. Un disco de bellas intenciones donde cuenta con el apoyo de Birdy ("Beautiful Birds") y del grupo folk de Newfoundland "The Once". // Aurelio Argel