Hong Sang-soo, aficionado a los experimentos, y al amor, regresa a las carteleras españolas, donde se le ha disfrutado poco (solo se exhibió "En otro país", quizás por contar con Isabelle Huppert), con una película que vuelve a rondar al cine dentro del cine y que además podría subtitularse "elige tu propia aventura".
El relajado y minucioso ejercicio en torno a las relaciones humanas de Hong San-soo lo entenderán posiblemente los fieles de pintores como Antonio López, que busca llevar cada detalle a su máxima expresión y que, como se pudo comprobar en "El sol del membrillo", no tiene prisa. Sin embargo, ejercerá un efecto disuasorio entre quienes busquen acción. Con sutiles matices está confeccionada esta historia, o más bien historias, en donde el amor deja hueco para burlarse de sí mismo o analizar el proceso creativo.