Se conocieron de jóvenes y aunque ambos vivían en Nueva York, solían enviarse cartas en las que imaginaban cómo sería su futuro. El remitente era siempre el mismo: ´Departamento de especulaciones´. Se casaron, tuvieron un hijo y sortearon los pequeños obstáculos de la vida familiar. Pero algo ha ido cambiando. Escrita desde el punto de vista de una mujer, relata su vida cotidiana, las luces y sombras de la maternidad y del matrimonio, las tensiones entre las exigencias domésticas y la ambición artística o las consecuencias de la traición.