La poeta, filóloga clásica y traductora habría deseado que en su primera juventud existiera una antología de las múltiples voces que cantaron al mar griego a lo largo de más de un periodo de mil años. Al no encontrarla, decidió ella misma emprender ella misma esta tarea: Aquel vivir del mar es su invitación a compartir el trayecto que va de Homero y Hesíodo a poetas tardíos como Filodemo o Rufino con quienes, como ella, aman el Mediterráneo.