Pazos, castillos, palacios, casas señoriales y aldeas están a la venta en Galicia. Incluso, de rebajas. El mercado inmobiliario se mueve para encontrar inversores, principalmente en el extranjero, que quieran adquirir una propiedad con encanto en nuestras fronteras. Algunos además lo hacen con ánimo de residir aquí una parte del año, otros hasta se mudan definitivamente. La mayoría de las grandes fortunas lo considera como una inversión más.
"Galicia es ahora una novedad para los inversores extranjeros, un reclamo a todos los niveles", afirma Elvira Fafián, gerente de una inmobiliaria especializada en propiedades singulares tales como pazos, castillos o incluso aldeas enteras que fueron abandonadas con el paso del tiempo. Este verano se pasó un mes recorriendo las cuatro provincias gallegas con un grupo de inversores que guardan su anonimato con el objetivo de ver de cerca esos pedazos de historia que están en manos privadas.
"En Lugo, sobre todo en la zona de la Mariña, hay bastante oferta y ya es una zona conocida por los inversores. Pontevedra está siendo un descubrimiento, la zona cada vez está más demandada", apunta Fafián.
El perfil del inversor y comprador no se puede trazar -"Buscan su privacidad", señala la empresaria- pero sí las características que buscan en el patrimonio gallego. "Quieren propiedades exclusivas con historia, con escudos y si es posible con el nombre de una familia conocida detrás. También piden mucho terreno y si la propiedad cuenta con bodegas de vinos exclusivos de la zona lo valoran mucho más, sobre todo si las uvas se corresponden con alguna de las Denominaciones de Origen", explica Fafián.
Una zona ´económica´
De alguna forma, adquirir una propiedad en Galicia es todavía económico. Pero solo para los pudientes. En la página web de la inmobiliaria de Fafián, Aldeas Abandonadas, con sede en Barcelona, se ofertan aldeas enteras por 75.000 euros. Monasterios rebajados a 340.000 euros. Pazos con amplios terrenos por menos de 500.000 euros. E incluso un palacio en Galicia por más de un millón de euros. Los inversores valoran que las propiedades cuenten con amplios terrenos y, según apuntan desde esta empresa, que su intención de hacer las modificaciones que deseen no será coartada por parte de las administraciones locales.
Esta empresaria destaca que lleva más de ocho años vendiendo en Galicia y que su fama llega en gran medida por la publicidad que los medios de comunicación hacen de las primeras aldeas que se pusieron a la venta. "Los grandes empresarios relacionados con los viñedos y la gente adinerada que para en Galicia hacen mucho para que se conozca entre un determinado sector de la población", indica.
Quienes venden son, sobre todo, los que han recibido una herencia de la que no se quieren hacer cargo o los que hicieron una recompra a sus familiares y ya no les interesa seguir con la propiedad entre sus bienes. Aunque también hay gente que compró como una inversión y ahora quiere deshacerse de todo. "Hablamos de la tercera o la cuarta generación en heredar. Esto antes no llegaría al mercado inmobiliario pero ahora no hay ese miedo a exponerse", sostiene Fafián.
Son propiedades que podrían ser declaradas, en muchos casos Bienes de Interés Cultural (BIC) o formar parte del patrimonio de disfrute público. En cambio, están en manos privadas. "¿Cómo han llegado a esta gente? Una mayoría son empresarios y la otra son herederos particulares. Notamos que esos palacios, castillos y pazos son de herederos únicos en multitud de casos", señala Fafián, quien apunta a que estos afortunados herederos no se deshacen de esos enclaves por los gastos de mantenimiento pues si permiten las visitas en determinados momentos pueden optar a ayudas económicas. Los motivos son varios, en algunos casos la necesidad de mudarse.
El rural está de moda
Parece que el mundo rural está en auge y grandes empresarios han puesto su atención en él. "Ha habido reuniones para enfocar el futuro del rural porque se habla de que más gente tendrá que irse a vivir al campo ya que con el tiempo hará falta. Además, los restaurantes con Estrella Michelin están demandando productos de un alto nivel de calidad procedentes del campo y eso está siendo una vía de negocio para algunos. Galicia toca un nivel muy alto en agricultura pero también en ganadería", describe Fafián.
La empresaria apunta a que todo este fenómeno de adquirir propiedades de lujo en el rural gallego puede ser una vía hacia su recuperación, pero también para actualizarlo respecto a las condiciones de vida de las que se disfruta en la ciudad. "Yo veo que la gente tiene cada vez más interés en comprar y que los precios están subiendo mucho. Veo a muchas familias que se han ido a vivir al rural y están encantados. Se hace comunidad entre ellos y tenemos buenas opiniones tanto de grandes inversores que se han montado su casa rural como de los pequeños", añade.
Personas de todo el mundo contactan directamente con esta inmobiliaria especializada interesándose por los anuncios que aparecen en su web. "Y muchos ya preguntan directamente por Galicia", asegura Fafián. Los extranjeros que acaban comprando en nuestra tierra "vienen con grandes proyectos y quieren conocer el entorno". "Gracias a esta gente muchas aldeas están tomando vida, son personas que dan trabajo a la gente de la zona", señala la empresaria, que certifica un aumento de la demanda de estas propiedades que comenzó nueve años atrás, en 2008, justo en los inicios de la crisis económica y financiera. En este momento la empresaria maneja entre
Una oferta diversa
El interés inicial nació con la venta de aldeas que se quedaron vacías, sin vecinos. Según cuenta Fafián los precios al principio eran mucho más económicos que a día hoy, pero todavía hay ejemplos interesantes a la venta. Como una aldea en plenas Rías Baixas por 75.000 euros. Una hectárea de terreno con "vistas panorámicas espectaculares" y cuatro casas de piedra en ruinas a rehabilitar. Bien comunicada, la finca cuenta con árboles autóctonos como castaños y nogales. Además, está en la zona de los viñedos con Denominación de Origen Rías Baixas.
La "joya de la corona" en Galicia es un palacio a menos de quince minutos en coche de la ciudad de Lugo que se vende por 1,1 millones de euros. El gran escudo que preside la fachada principal es el gran reclamo de esta edificación señorial que data de 1939 y está en buen estado de conservación. Cuenta con dos plantas y un bajo cubierta con catorce habitaciones, diez baños y siete salones, entre otras dependencias. Unos 1.500 metros cuadrados útiles a los que se suman los más de 7.000 metros cuadrados de jardín con piscina.
Incluso los monasterios pueden estar a la venta en Galicia. Cerca de Sanxenxo venden un complejo que cuenta con un monasterio, una capilla, un hórreo de piedra y una casa de sillería de piedra del año 1778. En la inmobiliaria sugieren que es "ideal" para una segunda vivienda o para turismo rural. Está rebajada, de 600.000 a 350.000 euros.
El mercado inmobiliario de alto nivel no está exento de rebajas. Un pazo de Lugo del siglo XVII también bajó de 1,3 millones a 499.155 euros. Construido en piedra, con una superficie de 2.500 metros cuadrados edificados y un terreno amurallado de 8.000 metros cuadrados divididos en tres huertas, está sobre una colina con buenas vistas. Ha sido restaurado y avisan de que en la zona hay cobertura de todas las compañías telefónicas. Son algunos de los ejemplos de lo que se puede comprar ahora mismo en Galicia.
