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EXISTENCIAS LIMITADAS

No nos toquen el "Imagine", por favor

No nos toquen el "Imagine", por favor

Por desgracia hemos vuelto a entrar en el ciclo maldito del terrorismo, ese que nos lleva de la negación inicial ("que sea un accidente, por favor") al horror; y de ahí la condena, el crespón negro en nuestras fotos de perfil, los homenajes con flores a las víctimas en el lugar del atentado, el debate religioso y vuelta a la vida normal. Solo que esta vez nos ha tocado más cerca. En Barcelona, en España. Y eso lo cambia todo. Por varios motivos:

Nos podía pasar y pasó: Reconoce el periodista barcelonés Lluís Mascaró en un valiente artículo que fue ingenuo "pensando que Barcelona podía estar libre del acoso del terrorismo islamista. Una ciudad cosmopolita, acogedora, multirracial, abierta, multicultural..." Pues sí, a los terroristas les importan un bledo el multiculturalismo y las pancartas de "refugees welcome". Pocas ciudades hay más multiculturales que París, Berlín, Londres y Estocolmo, y los terroristas del Daesh han atentado en todas ellas. También en la Barcelona abierta de Ada Colau.

No disparen al fotógrafo: No faltan quienes parecen haberse indignado más por la difusión de las imágenes del atentado que por el atentado en sí. Entre pasearse entre cadáveres y víctimas agonizantes, grabando con un móvil para correr a compartirlo en Whatsapp, y publicar un plano general en la portada de un diario, media un abismo. Es algo que muchos no parecen entender, como si las facultades de periodismo y las redacciones de los periódicos no existiesen. Tampoco se comprende por qué la foto del niño kurdo Aylan Kurdi muerto sobre una playa de Turquía es "necesaria", y en cambio la publicación de una foto muy similar, pero mucho más lejana, de un niño tendido sobre La Rambla, sin que se le vea su rostro, y tomada por un fotógrafo profesional de prensa, resulta execrable. O por qué hay que difundir fotos y vídeos de niños palestinos mutilados y moribundos tras un ataque israelí para "concienciar" -como si la labor de un periodista fuese pontificar y no simplemente contar la verdad-, y en cambio se exige ocultar la barbarie de los atentados islamistas. O no lo entiendo o lo entiendo demasiado bien. Si no se hubiesen tomado imágenes de los cadáveres apilados en los campos de concentración nazis, muchos no creerían que existió el Holocausto.

No nos toquen el "Imagine". Nada más producirse el atentado, otro periodista de Barcelona pedía en su muro de Facebook dos cosas: "Que los cacen como a conejos y que, por favor, la ciudad no se llene de gente con pianos tocando "Imagine". No se puede decir mejor ni más claro. Recuerda a la escena final de "La vida de Brian", cuando una activista del Frente Popular de Judea acudía a homenajear a Brian, crucificado. Él no quería homenajes ni cánticos, sino que le bajaran de la maldita cruz.

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