Ozú, qué calor se pasó en Galicia en estos días pasados. Pero, cuidado, esto del "calorón" no va a ser un episodio aislado. El siglo XXI va a ser muy caliente. Coincidiendo con la ola de calor que secó España, se publicó la pasada semana una investigación de la Universidad de Hawai (EE UU) cuya principal conclusión era que el 74% de la población mundial estará expuesta en 2100 a olas de calor mortales. Ésta es la principal conclusión de una investigación que además ha desarrollado una aplicación web para proyectar a lo largo del presente siglo y por toda la superficie de la Tierra el impacto de estos golpes de calor. Por ejemplo, el programa indica que en 2100 en Andalucía el límite de la temperatura y la humedad tolerable por el ser humano se superaría durante 50 días al año. En el entorno de Barcelona, habría 62 días de calor extremo. En Galicia, entre dos y tres al año. Estas predicciones las hace el programa informático basándose en un escenario de escasa reducción de las emisiones de CO2. En otros escenarios de lucha efectiva contra el cambio climático la situación mejoraría.
Las olas de calor son un fenómeno letal. Según informa la agencia SINC, la última que se registró en Europa, en 2003, mató a 70.000 personas. En 2010, en Moscú, otro "sofocón" se llevó por delante a 10.000 personas. Desde 1980 se han contabilizado 783 olas de calor mortales en 164 ciudades de 36 países.
En el estudio de la Universidad de Hawai, precisa la agencia SINC, han examinado más de 900 artículos relacionados con episodios de calor que se han producido en distintas regiones del mundo desde 1980, contabilizando 783 olas de calor mortales en 164 ciudades de 36 países. Los resultados de la investigación muestran que cada vez existen más regiones del planeta, en las que durante 20 o más días del año se producen olas de calor mortales que afectan aproximadamente al 30% de la población mundial. Los expertos señalan que disminuir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero no prevendría los episodios calor, sólo reduciría su frecuencia, disminuyendo en un 26% el número de afectados de cara a 2100.
"Nos estamos quedando sin opciones para el futuro", explica a Sinc Camilo Mora, profesor de la Universidad de Hawai, en Manoa, y autor principal del estudio. "Muchas personas alrededor del mundo ya están sufriendo los efectos de las olas de calor, y, según los modelos realizados, esto continuará así. Si no se reducen considerablemente las emisiones, la situación será cada vez peor", añade. En España, la previsión de las futuras olas de calor tampoco es buena, aunque no es tan alarmante como la del trópico. Según los modelos realizados, en la costa mediterránea en verano la temperatura y humedad traspasarán el límite en el que estas condiciones se vuelven mortales.
Entre las medidas globales necesarias para hacer frente a las olas de calor, Camilo Mora subraya que es necesario "que los políticos aumenten la inversión en fuentes de energía alternativas y que los gobiernos locales desarrollen proyectos verdes para reducir el calor absorbido por las construcciones y el asfalto de las ciudades". En cuanto a las acciones sociales, el científico considera que "es necesario que las personas reduzcan su consumo y se comprometan en la restauración de los ecosistemas que le rodean".
Con respecto a la efectividad del Acuerdo de París para hacer frente a las olas de calor extremas, el autor principal del estudio valora el tratado como "un paso adelante, que no prevendrá del todo que estos episodios continúen sucediéndose, pero que sería mucho peor no tomar medidas". El investigador se muestra optimista en la lucha para frenar el calentamiento global, ya que está convencido de "que habrá un final feliz para esta situación, no podemos permitirnos otra opción", destaca.
Ricardo Anadón, catedrático de Ecología, incide en que en España nadie ha hecho proyecciones sobre olas de calor, "se ha hecho alguna cosa sobre vientos y otros fenómenos", detalla. Sin embargo, el último IPCC (el grupo internacional de expertos sobre el cambio climático) "elaboró un modelo europeo que refleja un incremento notable de las olas de calor, tanto de su frecuencia como de las temperaturas que se alcanzarán en ellas".
Futuro impredecible
¿Realmente el final del siglo será tan asfixiante como predice el modelo de los científicos de Hawai? "El futuro es impredecible", dice Anadón. "Si de repente nos ponemos todos de acuerdo y se reducen las emisiones y baja el CO2 en la atmósfera? China está viendo muy problemático su propio país. Es un proceso de responsabilidad por parte de todos; en el escenario más favorable, a lo mejor somos capaces de cumplir los objetivos de París. En ese caso, los efectos del cambio climático serán más débiles y tardarán más en llegar. Ahora mismo estamos en el peor de los escenarios". El catedrático español cree que hay un mayor convencimiento por parte de los poderes políticos y económicos, y también entre los ciudadanos, "pero si ahora viniese un mes fresquito y con lluvia, a lo mejor a la gente se le olvidaba la ola de calor que acabamos de pasar, la memoria es frágil". Y añade: "No es necesario acudir a las proyecciones climáticas, los datos de los últimos treinta años bastan para que haya un convencimiento generalizado de que tenemos un problema. Otra cuestión es la forma de atajarlo". Anadón argumenta que "lo que se necesita es hacer cosas que contribuyan a mitigar el cambio, incentivos y cosas parecidas, creo que sería más rápido y más eficaz". Y subraya que, "en todo caso, lo importante es que los gobiernos están tomando medidas y asumiendo compromisos. Ya hay trastornos económicos, como los que producirá la sequía que hay ahora mismo en el norte de España. Lo que se venía advirtiendo que iba a pasar se está cumpliendo. Y se está cumpliendo en el peor de los escenarios".
