En esta casa se elabora un pulpo cuya fama no conoce fronteras y que enamora a propios y extraños, a personalidades conocidas y a comensales anónimos de todos los confines. Es el pulpo en su jugo que elabora Lourdes Somoza, apasionada por la magia de los fogones, a los que dota de toda la autenticidad de la tierra. Junto a Emilio Agra rige el destino de Casal do Umia, (en Oubiña, Cambados), un establecimiento cálido y acogedor donde además de descansar es posible disfrutar de su excelente cocina.
La materia prima del país se sirve aderezada de amabilidad y buen ambiente que, como los sabores de sus platos, es bien conocida. Además de sus muchos espacios con encanto, la gastronomía con raíz es uno de los grandes atractivos de Casal do Umia, cercana y tradicional. Lourdes nunca ha desvelado la receta del pulpo en su jugo, reconocido más allá de la comarca, una elaboración que ya hacía su abuela, "natural y lleno de vitaminas, no tiene grasa y lo puede comer todo el mundo", dice. A este plato se suman otros tan sabrosos como las zamburiñas, las navajas, los choquitos y muchos otros productos que ofrecen las rías, siempre del día.
Otra elaboración afamada de la casa es la empanada (hojaldrada) rellena de bonito, zamburiñas, pulpo o de xoubas según la temporada. Todo hecho en los propios fogones con el mimo que Lourdes sabe dar a los platos. El catálogo incluye pescados elaborados principalmente a la plancha, "muy natural", refiere, porque "al estar tan frescos no necesitan nada más, están muy buenos en su jugo". Y aunque aquí priman los sabores marinos, también hay espacio en la carta para los que prefieren carnes. Todo del día y preparado en casa, lo mismo que los postres, en los que Lourdes pone el mismo cariño que en el resto de platos. Desde el flan de castañas cuando empieza el otoño (también el gastronómico, en el que participan) a tarta de milhojas, pasando por filloas, pestiños o la tarta de la abuela de toda la vida.
A su buena gastronomía Casal do Umia suma sus muchos atractivos, empezando por su propio entorno con jardín y terraza. Cada una de las diez habitaciones -decoradas con gusto y elegancia- lleva el nombre de un afluente del Umia, que recuerdan que el paisaje de la zona se identifica con el rumor del río.
