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Los mundos de Koudelka

Una exposición retrospectiva del fotógrafo checo recoge todas las etapa y los géneros de su carrera

Rumanía, 1968, copia años 1980.

A pesar de que Josef Koudelka niega que haya diferencias entre sus fotografías, ya que considera que en este arte no existen géneros ni movimientos, sino buenas y malas fotografías, un recorrido por la exposición que se puede ver estos días en Madrid muestra la gran versatilidad de este fotógrafo, una leyenda viva de la historia de la fotografía del siglo XX. En efecto, hay aquí obras que pertenecen a los tres grandes macrogéneros de la fotografía, el informativo, el documental y el artístico.

El teatro como punto de partida

Los primeros trabajos de Josef Koudelka en el mundo de la fotografía, de 1958 a 1962, fueron como paisajista de los territorios de su país, entonces Checoslovaquia, y de Polonia e Italia y escenas urbanas de grandes ciudades como Praga. A partir de entonces su trabajo se centró en el mundo del teatro, colaborando con grupos experimentales como Semafor, Teatro de la Balaustrada o Teatro detrás de la Puerta. Su figura se movía entre los actores durante los ensayos para tomar las fotografías que después publicarían revistas como "Divadlo", donde publicó cientos de ellas, entre el pictorialismo y la experimentación. Montajes de obras de Peter Brook como "Rey Lear" de Shakespeare para el Teatro Nacional de Praga, o el de Jan Grossman de "Ubu rey" de Alfred Jarry. Obras de Ionesco, o Vaclav Havel también fueron inmortalizadas por la cámara de Koudelka. Su primera exposición se organizó en el vestíbulo de un teatro. Por entonces se identificó con Fotografía Imaginativa, una corriente que utilizaba la abstracción y cuestionaba los convencionalismos formales. Estas fotografías se publicaron en revistas como "Fotografía checoslovaca" y "Mlady Svet" (Mundo Joven), donde colaboraba también el artista y diseñador Arnost Lustig, un superviviente del Holocausto. En 1965 se integró en la sección de fotografía de la Unión de Artistas Checos.

Mientras hacía fotografía de teatro, Koudelka descubrió la fascinación de un mundo al que dedicó la mayor parte de su esfuerzo creativo, el mundo de los gitanos. Atraído por este universo para investigar sobre su música (Koudelka formaba parte entonces de un grupo de música folk con el que visitó Italia en 1961), se interesó entonces por las formas de vida de esta etnia discriminada y comenzó una labor de denuncia de su situación y de los prejuicios racistas de las sociedades europeas hacia este grupo. Pasaba temporadas enteras viviendo en sus campamentos (estuvo en más de ochenta en lugares diferentes) y empapándose de sus costumbres y de su idiosincrasia para trasladarlas con mejor conocimiento a las imágenes de sus libros. Hizo varias exposiciones con este material, que se ha convertido en uno de los hitos de la fotografía del siglo XX.

El fin de la "primavera de Praga"

Josef Koudelka tenía 30 años cuando 4.600 tanques del Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia en agosto de 1968 interrumpiendo el proceso democrático bautizado como la "primavera de Praga", iniciado por Alexander Dubceck. Koudelka ya era entonces un fotógrafo conocido por sus fotografías del mundo del teatro, y de la vida y las costumbres de los gitanos centroeuropeos, tras abandonar su carrera de ingeniero aeronáutico. La invasión le cogió en plena calle con sus dos cámaras Exakta Varex de 25 y 35 mm y aprovechó para captar algunas de las imágenes que han quedado para la historia como testimonios de la dignidad de ciudadanos checoslovacos rodeando a los tanques rusos y recriminando a los soldados, enfrentándose a los blindados con palos y piedras, enarbolando la bandera de su país. Las imágenes de manifestantes desafiando a los tanques, de espectadores conmocionados y de calles tomadas por el ejército testimonian el acontecimiento con un gran realismo. Era el año 1968, el año de la revolución del Mayo francés, y las pintadas de Praga que Koudelka inmortalizó en sus imágenes también eran un grito de libertad: "Con la URSS hasta la eternidad: a la tumba", "La censura es el fin de la verdad", "La razón está por encima de la fuerza". Fueron unos días (del 21 al 27 de agosto de 1968) para la historia que Koudelka captó en miles de fotografías que pudo sacar del país de forma clandestina gracias a la ayuda de su colaboradora, la escritora e historiadora de arte Anna Fárová, y de Eugene Ostroff, que las filtró al fotógrafo Elliott Erwitt. La agencia Magnum, de la que Erwitt era entonces presidente, las publicó un año después de la invasión atribuyéndoselas a P.P. (Prague Photographer), para que las autoridades checoslovacas no pudieran tomar represalias, y las distribuyó al The Sunday Times Magazine y a la revista Look de Nueva York. Algunos carretes extraviados fueron entregados clandestinamente a Radio France Europe en Viena. Ese año, Magnum concedió por primera vez el premio Robert Capa a un fotógrafo anónimo checoslovaco. Sólo 16 años después, cuando ya sus padres habían fallecido, reconoció públicamente la autoría de las fotografías.

Los exilios

Koudelka había nacido en Boskovice, una aldea de Moravia, en 1938 y se fue a vivir con su familia a Praga cuando tenía 14 años. En 1970 abandonó Checoslovaquia y pidió asilo político en Londres. Desde allí viajó a España (aquí utilizó por primera y única vez el color), Francia, Italia e Irlanda, documentando la vida de los gitanos europeos de los países occidentales. Además, inició una serie basada en su situación personal de exiliado con fotografías que publicó en 1988 en su libro "Exiles", en las que plasmó la soledad y el aislamiento. El título de esta exposición, "Nacionalidad incierta", se refiere a la calificación que los aduaneros de los distintos países informaban sobre su pasaporte. Fueron 16 años de apátrida durante los que vivió muchas veces gracias a la generosidad de sus amigos, durmió muchas veces al raso y aprendió seis idiomas, incluido el español, que utiliza a veces en una curiosa mezcolanza. Su triunfo internacional llegó a raíz de una exposición en el MoMA de Nueva York en 1975. En 1980 se instaló en París y en 1987 obtuvo la nacionalidad francesa. Su regreso a Praga no se produjo hasta la caída del muro en 1989, cuando expuso una retrospectiva de su obra en el Museo de Artes Decorativas, aunque para entonces ya su familia había desaparecido y la mayor parte de sus amigos ya no estaban allí.

Visiones panorámicas

En los siguientes años volvió a retomar sus fotografías iniciales de paisajes, pero esta vez haciendo grandes vistas panorámicas con fotografías de tamaños muy grandes (algunas de casi dos metros de largo), a raíz de un encargo que en 1986 le hizo Bernard Latarjet de participar en la Mision Photografphic DATAR (Delegación para la Ordenación del Territorio y la Acción Regional). En 1989 publicó su primer libro con estas fotografías, en forma de acordeón, con paisajes de ambos lados del Canal de La Mancha. Son paisajes en las que no aparecen en ningún momento figuras humanas (cuando se los mostró a Cartier Bresson por primera vez, este dijo: "Pero€ ¿dónde está la gente?"), sino los efectos que estas figuras han ejercido sobre la naturaleza a través de la historia (ruinas) o la industrialización: paisajes minados, arrasados, urbanizados, parcelados con muros y barreras€ es la violencia humana en acción en las minas de carbón de Europa Central, en el Piamonte y las costas mediterráneas, en el muro que divide a Israel y Palestina.

TÍTULO:"Nacionalidadincierta". Josef KoudelkaLUGAR: Sala de Exposiciones Mapfre. Bárbara deBraganza, 13. MadridFECHAS: Hasta el 29 de noviembre

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