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Vigo y el plan palacios

"El Plan Palacios resulta arrollador. Contundente. Es a la vez un Plano y una Carta. Ordena la ciudad y la comarca, sin por ello renunciar a divagaciones de Proyecto arquitectónico, de exquisita plasmación"

Planos del Plan Palacios para la ciudad de Vigo. // FDV

Cuando terminan los años veinte, el Ayuntamiento de Vigo buscaba el modo de planificar la ciudad. El ambiente era sumamente propicio. En Madrid se había logrado abrir la Gran Vía, la burguesía catalana tras entregarse al modernismo debatía sobre la trayectoria del Plan Cerdá, y en las grandes ciudades como Valencia, Sevilla o Granada, no se perdía el tiempo, nuevas arterias reformaban y orientaban el ensanche de sus núcleos urbanos.

Vigo era doblemente consciente de su situación apremiante. Por una parte, la curva demográfica apuntaba disparada buscando la meta de los cien mil habitantes al amparo de una pujanza económica explosiva. Por contraste, la evidencia manifiesta de que la ciudad crecía sin criterio territorial, sin ordenación, con poco más que unas endebles ordenanzas. Se tomó el empeño de aspirar a mucho más, a homologarse con las urbes de mayor rango.

En esta coyuntura magnética irrumpe en Vigo la figura de Antonio Palacios, como por azar, en su versión de urbanista. Vigo va a ser el escenario de una drástica e interesantísima experiencia en el mundo de la reflexión urbana, que para mayor intensidad coincide sensiblemente, en el tiempo, con la corta travesía de la Segunda República. Con sus cruciales referencias culturales, con su autoinducida tensión intelectual e investigadora.

En esos años, Palacios está inmerso en la serenidad de su reconocimiento profesional. Es un arquitecto atestado de encargos de envergadura. Si se compromete en esta aventura en la periferia, realmente, cabe suponer que se debe a ser de Vigo, a ser de Porriño. Lo que está constatado es que el desafío le entusiasmó, lo hizo suyo y a él entregó de lleno su talento, su extraordinaria capacidad de magisterio y persuasión.

En Galicia ya había muestras espléndidas de su arquitectura. Una obra mayor y una obra menor: el Teatro García Barbón de Vigo y el Pabellón Recreativo de la Alameda de Santiago de Compostela. Dos aciertos de reinterpretación vinculados a dos modelos de culto para la burguesía, la ópera y el edificio ligero de jardín. Ambos cuentan con un versátil toque común de autor, el ventanal en formato gigante coronado en arco, uno mirando con intención al trasiego de la ría y el otro al remanso de la historia.

Palacios llega de Madrid. Un estado y su capitalidad también los instituye la arquitectura, la imagen de los edificios que lo representan: así, la solemnidad del Banco de España, la Bolsa, la Academia, los ministerios, la Biblioteca Nacional... Correos. La ciudad está por aquellos años culminando la talla de su identidad y como bien observa Chueca Goitia "esta monumentalidad la heredará don Antonio Palacios Ramilo".

Así pues, en el momento en que Vigo pasa a ser su próximo pedestal y el mar el reclamo de su pupila, el arquitecto está más adscrito a una actitud heroica que a una filiación estilística concreta. Asistimos a un cambio brusco de escenario pero no de instinto constituyente. El Plan Palacios resulta arrollador. Contundente. Es a la vez un Plano y una Carta. Ordena la ciudad y la comarca, sin por ello renunciar a divagaciones de Proyecto arquitectónico, de exquisita plasmación.

Sin tapujos, en la cima del Castro, por encima del Palacio Municipal se ubica el Palacio Regional (la actual "non nata" Área Metropolitana de Vigo tendría allí segura radicación y sede). Igualmente por elevación, el ámbito del Plan municipal se desborda con el estudio de todo el campo de influencia: sobre 20 poblados satélites. Palacios formaliza su visión precursora en un Plan Comarcal, que el investigador del tema, J. L. Pereiro, califica de "hecho importante dentro de la historia urbanística española".

Con motivo del concurso de la Ópera de París, una colisión frontal entre Garnier y Viollet-le-Duc decantó la línea oficial de la arquitectura en ulteriores décadas. En Vigo, entre otros, dos grandes, Antonio Palacios y Gómez Román polemizan abiertamente. Las páginas de Faro de Vigo reflejan un debate de nivel, denso de contenido, pedagógico y argumentado. No hubo ocasión de ver los frutos ni la síntesis. La pugna, en diversos estamentos sociales, se mantiene hasta el golpe militar de 1936, que acaba con todo.

No se trataba de antagonismo político sino de algo del mayor interés dentro de la teoría urbana. Un debate abierto conducido por profesionales muy informados. En Cataluña, tentados por flexibilizar la rígida malla del Plan Cerdá se barajaban propuestas. Según M. A. Baldellou, "la de Jaussely para Barcelona, de 1932, también tiene algunas semejanzas con la de Palacios para Vigo". De hecho son reconocibles en las trazas del entorno de Samil.

El borde litoral es precisamente uno de los puntos calientes del debate. "Haciendo desaparecer también las márgenes y rinconadas de la Ría, que son su mayor encanto" se le espeta a Palacios. Por ironías del destino, se terminó haciendo lo más arriesgado, un mal remedo: el actual muro y paseo marítimo sin, a cambio, beneficiarse de las trazas de la ciudad jardín. Ya rezagados, tampoco se benefició la ciudad de la estrategia de escalonar los viales asegurando la apertura de vistas, de las cotas superiores, sobre el mar.

Otro punto caliente es la intervención sobre el tejido histórico. En Santiago de Compostela, Palacios proyecta un acceso monumental a la plaza del Obradoiro desde Porta Faxeira. En Vigo, es bien conocida su propuesta sobre el Casco Vello, a través de la magnífica maqueta. Hoy, todo ello, muy lejos del pensamiento actual. No obstante, sí vale la pena recordar que por aquellos años Le Corbusier, desde otros principios, planteaba algunos desgarrones impactantes sobre París, Moscú o Argel.

Palacios, en un tiempo intenso, situó a Vigo en el corazón mismo de la más viva controversia urbana. Luego, sobrevino el vacío, la miopía de ideas. Persisten sí, muchos de los problemas de entonces, uno de ellos, la falta de planificación territorial conjunta del área de influencia de Vigo. Una pista para la "non nata" Área Metropolitana de Vigo.

* Arquitecto

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