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Setas, del ocio al negocio

La actividad comercial relacionada con la micología factura en Galicia más de 27 millones de euros al año, con productos innovadores que traspasan fronteras

Productos de "Pan do Demo", de Celanova.

Con las primeras lluvias del otoño, los aficionados a las setas proliferan en los bosques gallegos casi tanto como los propios hongos. Pero más allá de la actividad recreativa, en los últimos años han ido surgiendo en Galicia diversas iniciativas comerciales relacionadas con la micología. Con una producción que ronda los siete millones de kilos, el mundo de las setas y sus derivados genera cada temporada en la comunidad gallega un negocio superior a los 27 millones de euros. En cuanto a las variedades, el 60% de la producción corresponde a la familia de los boletus, con los edulis entre los más cotizados.

Aunque la mayoría de las setas que se comercializan en Galicia están relacionadas con la gastronomía, la investigación está generando nuevas oportunidades de negocio en sectores como el de la biomedicina. Es el caso de la empresa pontevedresa Hifas da Terra, que junto con productos como chocolates o mieles con setas desarrolla diversos productos terapéuticos y dermoestéticos elaborados con hongos y trabaja además en proyectos de investigación para limpiar suelos contaminados. "Disponemos de un potente departamento médico-bioquímico clínico donde se investiga y se da mucho apoyo a los profesionales de la salud", explica Catalina Fernández de Ana Portela, bióloga y directora general de Hifas da Terra.

La firma pontevedresa es ya un referente internacional en micoterapia. "La medicina integrativa es una de las principales líneas de investigación de la empresa -explica su directora-, y entre otros grandes proyectos, en los próximos meses comenzaremos un ensayo clínico en cáncer de mama, que llevaremos a cabo en el hospital oncológico de Pisa (Italia)".

Con una facturación anual en torno a los cinco millones de euros, Hifas da Terra genera en total unos 60 empleos, en su mayor parte de trabajadores cualificados. Sus productos de venden en Italia, Francia, Portugal, Suiza y Reino Unido, y están empezando a distribuirse en China, Colombia y EE UU. Además de sus instalaciones de Pontemuiños (Bora), cuenta con una planta de producción en Beariz (Ourense), delegados comerciales en varios países y una oficina en Inglaterra, donde hay una creciente demanda de sus productos. "En salud y belleza -añade la responsable de Hifas da Terra- tenemos las líneas más fuertes de Micoterapia de Europa. Este año hemos lanzado nuestro ritual de belleza de Micoterapia en la farmacia John Bell&Croyden, la más grande del Reino Unido, y en Harrods".

Entre los productos estrella de la firma pontevedresa, Catalina Fernández de Ana cita el Mico-Rei, un nutracéutico ecológico en cápsulas elaborado a base de Reishi (Ganoderma lucidum), "un potente antioxidante y regulador del sistema inmunitario conocido como el hongo de la eterna juventud". Cita también el Dr. Rei, el jarabe para niños elaborado con Reishi. Estos dos productos, sumados a Mico-Serum (sérum facial antioxidante) y Mico-Soap, han tenido una gran acogida en Londres, donde se pueden comprar en Harrods. En el plano gourmet destacan sus chocolates, la primera colección de chocolates ecológicos con setas en el mundo que levanta pasiones en Inglaterra e Italia.

Buena temporada

La temporada de "cogumelos" en Galicia se presenta con buenas perspectivas. "Este año es una de las buenas, buenas, buenas. No hay un bicho; tuvimos un verano caluroso y seco, y nos llovió en el momento justo, por lo que para esta luna nueva se espera una buena cosecha", comenta Andrés Castelo, responsable de la empresa Champivil de Vilalba, una de las más importantes de Galicia en comercialización de setas.

"Ha habido años en que recogimos hasta 200.000 kilos, mientras que otros no pasamos de 40.000, depende mucho de cómo se presente la temporada", explica Castelo, uno de los pioneros de la comercialización de setas en Galicia, pues sus padres ya las vendían en los años 50. En su empresa trabajan tres miembros de la familia y otras cuatro o cinco personas; pero en la comarca hay numerosos recogedores autónomos que les suministran las setas. "Ha empezado a regularse todo lo relacionado con la recogida de cogumelos y eso siempre es positivo", añade el responsable de Champivil.

Apunta Andrés Castelo que la mayoría de la producción se exporta a otras zonas de España o al extranjero "porque en Galicia no hay demasiado consumo de setas, pero la calidad es muy buena". La variedad que se lleva la palma es el boletus, y después están el cantharellus cibarius, aunque el Galicia no hay tantas como en otras zonas de España, y el Hydnum repandum o "lengua de vaca", que se da en los meses de noviembre y diciembre. En cuanto a los precios, señala que han bajado porque se importa de muchos países. "Hace años un kilo de setas llegó a costar más de 1.000 pesetas, y ahora está entre 4 y 6 euros", afirma el dueño de Champivil.

Jesús Quintás, gerente de Alibós, otra de las empresas gallegas pioneras en la comercialización de setas, apunta que la competencia de los países del Este está afectando a nuestra producción. De hecho, esta empresa de Monterroso se centra ahora en la castaña, y aunque sigue elaborando algunos productos con setas "se trata de algo más secundario". Señala Quintás que hasta el año 2000 era la empresa española que más setas comercializaba, alcanzando algún año las 800 toneladas, "pero el futuro no es nada halagador por la competencia de los países del Este. Los precios han bajado muchísimo; si en los años 90 llegamos a pagar 2.500 pesetas el kilo a los agricultores, en estos momentos casi no llega a los tres euros. De ahí que ahora no se recoja ni la décima parte de lo que se recogía antes". Lamenta también el gerente de Alibós el escaso consumo de hongos que hay en Galicia, por lo que la mayor parte de la producción se va a otras zonas de España como el País Vasco o al extranjero.

Borja Mínguez, responsable de la empresa Pan do Demo, de Celanova, destaca la buena calidad de las setas gallegas, "de Champions League", pero lamenta que "acaben marchándose a Italia, Francia y Alemania, donde las procesan y vuelven para aquí otra vez; es un mercado que no tiene sentido". Echa en falta Mínguez una mejor distribución y también una campaña de imagen para dar al producto el valor que se merece. "Otro de los problemas con que me encuentro todos los años es que la gente que recoge setas lo ve como un plus a su trabajo habitual, o como un juego, pero no como actividad profesional. Me llama un montón de gente para venderme setas, pero no se las compro porque ni están registrados como recolectores ni pagan como autónomos. Esto lleva a que después vendan de tapadillo y hundan los márgenes comerciales", denuncia el responsable de Pan do Demo.

Se trata de una empresa familiar que puso en marcha hace cinco años con su mujer, Lorena Rodriguez. Además de recolectar setas de temporada cultivan también otras especies, como pleurotus ostreatus y champiñón. "La época buena para las setas va de octubre a enero; son los meses en que realmente valdría la pena regular la actividad, porque los fines de semana no puedes ni ir al monte por la cantidad de gente que sale".

Entiende Borja Mínguez que en Galicia no hay grandes empresas de comercialización de setas porque "nos falta una cultura micológica, algo que sí tienen en el País Vasco, por ejemplo. Aquí seguimos todavía en la época de las meigas y del miedo a comer setas". Mínguez comenzó vendiendo a mayoristas, pero pronto se dio cuenta de que no le compensaba una producción muy alta: "era el triple de trabajo para ganar una miseria". Ahora trabajan sobre todo para el consumidor final en ferias y mercados, "porque en fresco es un producto perecedero y muy difícil de conservar". Además, comercializan también setas deshidratadas, "una buena manera de transportarlas con seguridad, de evitar gastos de congelador y de tenerlas siempre en casa listas para preparar".

Mejorar la comercialización

Para Juan Carlos Rodríguez Bermúdez, gerente de Productos de Alimentación Castiñeira, el futuro del negocio de las setas en Galicia pasa por "una mejor regulación de la recogida en el monte y por el apoyo de la Administración a las empresas para crear canales de comercialización". El responsable de esta empresa de alimentación de Salceda de Caselas lleva más de 20 años vendiendo este tipo de productos y observa que en los últimos años ha aumentado en Galicia el consumo de hongos, "al tiempo que el sector ha crecido en conocimiento y en nuevas variedades".

Una prueba de la expansión del sector es la iniciativa de la comunidad de montes de Couso (Gondomar,) que hace unos meses comercializaron su primera su cosecha de shiitake, una seta con propiedades medicinales. La empresa miñorana Froitas Vilar se encarga de su distribución. Xosé Antón Araúxo, presidente de la mancomunidad, no duda en señalar que el negocio es rentable y una alternativa a la venta de madera, "que casi no genera beneficios". Cuentan con 21 hectáreas de superficie forestal acotada para ampliar la producción y sus expectativas para este año se sitúan en los 1.800 kilos y unos 10.800 euros de ingresos.

Un kit de autocultivo con residuos de café

  • El biólogo vigués Iñaki Mielgo es el director-fundador de Resetea, una joven empresa que apuesta por el reciclaje y que vende kits de autocultivo de setas elaborados con posos de café. Con apenas dos años de actividad comercial, Iñaki y sus tres socios se lanzaron a esta aventura sin ninguna inversión previa, y lo que hacen es reinvertir en el negocio lo que van facturando, al tiempo que buscan nuevas vías de financiación. De momento, Resetea está preseleccionada en la nueva edición del proyecto Vía Vigo."Nosotros no cultivamos las setas, lo que hacemos es vender la caja con los residuos de café para que sea el propio cliente el que las cuide. Más que la seta en sí vendemos una experiencia que pone el acento en el reciclaje", explica Mielgo. De hecho, hasta el momento desde Resetea han reciclado posos de 393.000 tazas de café, han generado 7.800 kilos de abono y cultivado 4.700 kilos de setas.La seta que comercializan con el kit es la Pleurotus ostreatus o seta ostra, que es la que mejor se da en el sustrato de café. "Pensamos en otras variedades -añade este emprendedor vigués-, pero como comercializamos en toda España nos decidimos por una especie que aguantase en distintas climatologías".La caja para el autocultivo cuesta 19,90 euros y sirve para tres o cuatro cosechas, es decir, para unos dos meses. "No buscamos tanto el obtener unas setas gourmet, sino el facilitar una experiencia de cómo se pueden utilizar los residuos como materia prima, en este caso los posos de café", concluye Iñaki Mielgo, cuyo proyecto ha recibido diversos reconocimientos, uno de ellos de la Universidad de Santiago.

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