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Pablo: "Pasé de no ser nada a ser todo, he recuperado mi vida"

Pablo, uno de los participantes del programa de empleo. // Alba Villar

Pablo Cortizo accedió al itinerario intensificado de empleo de Cruz Roja en Vigo con 40 años, derivado por una orientadora del albergue municipal donde se alojaba. En pocos meses logró acceder a un puesto de trabajo, el primero en muchos años, y transformar su vida de estar en situación de calle a recuperar la relación perdida con su familia. "He recuperado mi vida; no era nada y ahora soy todo", resume.

Natural de Ribadavia y trabajador de la piedra desde los 15 años, Pablo vino a Vigo por amor y por el mismo motivo se fue a Suiza, donde trabajó en restauración de edificios históricos. Hace tres años regresó a España, a casa de sus padres, pero "como no encontraba nada, me fui al País Vasco y me vi viviendo en las calles de San Sebastián, Irún Bilbao, Francia". Algún trabajo temporal en el campo en La Rioja y Navarra fue toda su experiencia laboral durante esa temporada. "Me dije a mí mismo: yo me merezco más. Tengo un hijo en Vigo, llevaba tiempo sin verlo y me vine a finales de febrero", relata.

Durante su estancia en el albergue municipal de Vigo, una educadora social del centro le propuso alojarse en uno de los pisos de integración que la Cruz Roja mantiene en Vigo y acceder al itinerario de inserción laboral de la Cruz Roja. "Mi entrevista con Marta, una de las orientadoras de Cruz Roja, fue muy positiva, me sirvió para subirme la autoestima y para saber que estaba en el lugar indicado", manifiesta Pablo, quien recuerda que se sentía "como un puzzle que no encajaba en la sociedad".

´Marta, quien le acompañó en su itinerario, comenta que tras la primera entrevista comienza el trabajo de motivación, de ayuda al participante para que aprenda a descubrir sus habilidades, de autoestima, mejora de las competencias, y trabajo en equipo y de socialización. "De hecho me mantengo en un grupo de WhatsApp con compañeros del proyecto e intercambiamos propuestas de empleo y experiencias", explica Pablo.

Un curso de logistica en el Centro de Iniciativas Profesionales fue otra de las herramientas que sirvió a Pablo en su itinerario hacia el trabajo. "La gente del albergue me decía que los cursos no valían para nada; a mi sí me han servido".

Tres meses y medio después de comenzar en el proyecto, Pablo consiguió un empleo en FCC, una de las empresas que colabora con Cruz Roja en el plan de empleo. "Fue una entrevista muy selectiva y larga, de dos días", dice Pablo, que poco después de comenzar ese trabajo se mudó a un piso de integración compartido con seis compañeros, donde cada uno paga en función de sus ingresos.

Después vino otro trabajo, en hostelería, y ofertas en el sector de la cantería. A las personas que atraviesen una situación similar a la que él vivió, les aconseja "que luchen, no paren y que se levanten después de caerse".

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