Formaban, o al menos esa parecía, un matrimonio idílico que disfrutaba de una vida a todo lujo. Pero un violento suceso en Vigo hizo que todo estallase por los aires. Y cuando solo faltan unas semanas para que se cumplan los dos años desde aquel episodio, la causa ya está más próxima a juicio. Se trata del caso de Carlos Inácio Pinto, el millonario portugués de 57 años acusado de intentar matar con una maza a su joven esposa Eliza, de 27, en la habitación donde se alojaban en un céntrico hotel vigués. Concluida la instrucción, la juez del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de la urbe olívica dictó auto de procesamiento. Y los delitos que le atribuye son uno de asesinato en grado de tentativa y otro de lesiones.

Este ciudadano luso, ya condenado en su país a 4 años de prisión por fraude fiscal, fue trasladado ayer a los juzgados desde la prisión de A Lama. Fue citado para la declaración indagatoria, trámite procesal que se realiza después de que el juzgado, como ocurrió en este caso, dicta el auto de procesamiento. Según fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el hombre se acogió a su derecho a no declarar. Otras fuentes dijeron que el imputado se ratifica en el testimonio ya prestado con anterioridad, cuando alegó que fue su mujer la que le atacó primero de forma sopresiva por la espalda con una maza y que él solo forcejeó para defenderse.

Dado que están a punto de cumplirse los dos años desde que el procesado entró en la cárcel, la juez también acordó en la comparecencia de ayer prorrogar la prisión provisional, por riesgo de fuga, a la espera de que se celebre el juicio en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Antes de poner fecha a esta vista, el proceso aún tendrá que cumplimentar otros trámites claves, entre ellos la presentación de los respectivos escritos de la Fiscalía, la acusación particular y la defensa.

Todo ocurrió el 2 de mayo de 2016 en el Hotel NH Palacio de Vigo. Las versiones que Carlos Inácio y la joven modelo Eliza aportaron en el proceso judicial son contradictorias. Ella manifestó que su marido, de repente, la agredió en la cabeza con una maza mientras ella se echaba crema en el cuarto de baño. El procesado, mientras, mantuvo que era él quien estaba en esa estancia cuando, por el espejo, vio a su mujer aproximarse de forma extraña, siendo ella la que le lanzó un golpe por la espalda que pudo esquivar al darse la vuelta, alcanzándole la joven, precisó, en cabeza y costado.

Cartas desde A Lama

A causa del violento episodio, el hombre sufrió un ataque cardíaco que lo mantuvo varios días ingresado en el Hospital Álvaro Cunqueiro antes de ingresar en prisión, donde permanece. Hace unos meses el imputado remitió una carta manuscrita al canal televisivo luso Porto Canal en la que, además de relatar los pormenores de como conoció a Eliza y de su matrimonio ahora roto, insistía en su inocencia. "Estoy desencantado con la vida", señalaba.

No fue ésta la única misiva que envió desde la cárcel. También remitió cartas a una pareja, amigos comunes de él y de la joven. Supuestamente les pedía que hablasen con la mujer para que no siguiese adelante con la causa, mostrando su disposición a compensarla económicamente en el proceso de divorcio. Esto provocó que la juez le atribuyese entonces otro delito, el de quebrantamiento de medida cautelar, al estimar que incumplió la orden que le impedía comunicarse con la víctima. No trascendió en qué derivó este procedimiento.