La anciana de 83 años de edad que acabó con la vida de su hijo, de 64 años y con discapacidad, intoxicándolo con pastillas ha sido condenada a libertad vigilada durante seis años, tras un acuerdo de conformidad, con la obligación de someterse a tratamiento psiquiátrico sin internamiento. La mujer no se vio físicamente capaz de seguir cuidando a su hijo y también intentó suicidarse